Blanca Llandres deslumbra en su boda con Alberto Herrera elevando a otro nivel el vestido de novia premamá

La expectación estaba servida desde primeras horas de la mañana gracias a la boda de Carlos Herrera Montero y Blanca Llandres. Tras un año de relación, la pareja se ha dado el 'sí quiero' hoy en una ceremonia religiosa en la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Caridad, patrona de Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, una ciudad a la que la familia Herrera-Montero tiene especial cariño y que ha servido como el broche de oro a esta historia de amor.

Así, tras llegar muy puntual al templo, el hijo de los periodistas esperaba a Blanca en el altar, quien llegaba radiante del brazo de su hermano Carlos y, ya convertidos en marido y mujer, se han trasladado a la playa de La Jara, un entorno idílico al lado de la Finca Marbella, donde han reunido a unos 200 invitados para un convite con toque andaluz y la posterior fiesta de celebración.

Y aunque la emoción era máxima por ser este un día tan especial tanto para ellos como para sus familiares y amigos, donde estaban puestas realmente todas las miradas era en la novia. Como es habitual, ella y el vestido son los auténticos protagonistas de este día, pero en esta ocasión más si cabe, ya que Blanca está embarazada.

¿Iría con un diseño que definiera su silueta para presumir de tripita o se decantaría por un modelo algo más fluido y cómodo? Esta segunda opción ha sido la que ha sucumbido a la ya mujer de Alberto Herrera, que ha optado por un vestido muy bonito realizado por Nicolás Montenegro, con la ayuda de Rocío Crusset, hermana del novio. Una pieza para la que se han necesitado más de 40 horas de trabajo a mano de las 100 de confección.

El precioso vestido de novia de aires románticos y toques bucólicos partía de un escote cuadrado para pasar a un cuerpo encorsetado con diseño drapeado al que se unía la falda fluida con una cola de seis metros de largo. Sin duda, todo un acierto con el que estaba deslumbrante y con el que apenas se le notaba la tripita del bebé que están esperando para (aproximadamente) el próximo mes de febrero y al que llamarán Marcos.