Cayetano Rivera y su altercado con la policía… por una hamburguesa

La madrugada del domingo al lunes 30 de junio fue de las más movidas para Cayetano Rivera Ordóñez, el torero de 48 años. En plena calle Atocha, Madrid, el hijo de Paquirri terminó esposado tras protagonizar un tenso episodio en una hamburguesería. Lo que empezó como una bronca por no sacar un ticket terminó en un enfrentamiento con la Policía.

"¿Tú no sabes quién soy yo?"

Todo comenzó hacia las 3:00 h cuando Cayetano entró en un local de comida rápida y se negó a coger el ticket para hacer el pedido. Testigos cuentan que "perdió los nervios" y se encaró con los empleados. Según varios medios, llegó a sacar un fajo de billetes y soltó: "¿Tú no sabes quién soy yo?" Ante la tensión, una empleada llamó al 091 y llegaron dos patrullas para intentar calmar la situación.

Intervención policial y acusaciones

Con la llegada de la policía, la cosa subió de tono. Cayetano se encaró con los agentes, y según testigos hubo forcejeos, hasta que fue esposado y detenido por resistencia y desobediencia a la autoridad. Pasó la noche en comisaría y fue liberado con cargos a las 7:00 h. Además, sufrió contusiones en el pómulo y ojo derecho, y fue trasladado a un hospital para evaluación médica.

Sus palabras: "Fue desproporcionado"

Más tarde, en 'Y ahora Sonsoles', Cayetano ofreció unas declaraciones asegurando que "La policía actuó de forma desmedida". "Fue desproporcionada su actuación, en ningún momento me resistí. Estoy con mis abogados, hay un parte de lesiones, pediremos las cámaras. Tuve una discusión y ya está… de ahí a ser violento, eso no es verdad", confirmaba el torero, quién añadió que iba a ponerse en manos de la justicia por la desproporcionada reacción de los agentes. Y aunque ha pedido que no se haga un "un circo mediático", sabemos que tenemos tema para rato (y eso nos gusta).

Cayetano Rivera nunca pasa desapercibido. En una madrugada de Madrid se mezclaron una hamburguesa, un torero, la exigencia de un ticket, un fajo de billetes y la Policía. El resultado: noches en calabozo, lesiones, parte médico, denuncias y testigos. ¿Qué pasará ahora? Que la justicia actúe con rapidez, que se vean las imágenes de las cámaras y que todo salga a la luz, sin circos ni cartas a la prensa.