Tom Hanks se pronuncia sobre el libro de su hija donde relata los abusos que vivió en su infancia

Elizabeth Ann, segunda hija de Tom Hanks con su primera esposa, Susan Dillingham, cuenta en su libro de memorias la terrible pesadilla que vivió como infancia.

Víctor Elías se abre por completo y desvela más detalles de la denuncia que puso con apenas 13 años a su madre.

Tom Hanks ha hablado del libro de memorias de su hija
Tom Hanks ha hablado del libro de memorias de su hija / GTRES

Hay personas que parece que lo tienen todo, fama, dinero, éxito en su trabajo, reputación... pero luego la realidad es que sus núcleos familiares se desmoronan por completo. Este es el caso de Tom Hanks, quien a raíz de su mediático divorcio en 1985 con Susan Dillingham, más conocida con Samantha Lewes, vio como los hijos que tenía con ella (Colin y Elizabeth Ann) se iban a vivir con su madre y el actor perdía el contacto con ellos.

Tom Hanks y Samantha Lewes

Tom Hanks y Samantha Lewes

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Habla de todo

Sin embargo, digamos que una situación que puede ser 'común' o que al menos sucede en varias ocasiones, esta vez cogía un tinte muy oscuro. Porque según cuenta la propia Elizabeth en un libro de memorias que ha publicado hace apenas un mes, la situación que vivió en casa de Susan fue una terrible pesadilla.

Con el nombre 'The 10: A Memoir of Familly and the Open Road', Elizabeth relata su infancia desde los 5 a los 14 años, marcada sobre todo por los abusos físicos y verbales que sufría por parte de su propia madre y que, obviamente, le han marcado de por vida.

Tenía apenas 3 años cuando Tom Hanks y Susana se separaron, y su madre decidió marcharse junto a ellos de Los Ángeles a Sacramento y ahí empezó la peor época de todas. Explica que entre sus padres se llegó a un acuerdo de divorcio y que entonces pudo ver a Hanks durante los findes y veranos, pero que lo que es la infancia (una de las etapas más importantes para el desarrollo de una persona) "fui una chica de Sacramento y fueron años llenos de confusión, violencia y privaciones".

Elizabeth Hanks se ha abierto por completo en su libro de memorias

Elizabeth Hanks se ha abierto por completo en su libro de memorias

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Una enfermedad no diagnosticada

Elizabeth, quien se abre por completo en el libro, expresa también que cree que su madre sufría de trastorno bipolar no diagnosticado y que eso hizo que la vida de todos, la de ella, la de su madre, la de su hermano, se convirtiese en una situación que "no hacía más que empeorar". Confiesa que nunca había comida en casa, que su progenitora estaba siempre ausente "absorta en la Biblia".

También revela que una noche fue la clave para tomar la decisión de volver a Los Ángeles, cuando todavía estaba en séptimo curso, después de que la violencia emocional se convirtiera en violencia física. Todavía en el instituto, fue su madre la que la llamó "para decirme que se moría", lo que finalmente sucedería el 2002 a raíz de un cáncer de pulmón.

Como ves, la infancia de Elizabeth Ann ha sido de todo menos sencilla y bien podría tratarse de una película protagonizada por su padre, pero tristemente ha sido la realidad a la que le ha tocado enfrentarse, pero eso nunca la ha detenido.

Las palabras de Tom Hanks

Ahora ha sido su padre, Tom Hanks, quien se ha pronunciado respecto a su hija y el durísimo relato que cuenta en su libro. Y son sentimientos encontrados. Porque reconoce que durante esa etapa fue "el peor padre y un peor ser humano", porque justamente lo que no quería para sus hijos (un divorcio cuando eran pequeños) fue lo que acabó sucediendo.

Pero también de pleno orgullo de ver como su hija "tiene una mente literaria y periodística audaz", capaz de reconocer que todos tenemos "vidas marcadas o agrietadas". Añade que también le enorgullece ver cómo Elizabeth ha sido totalmente sincera sobre cuál ha sido su proceso y valiente para contarlo al resto del mundo.

Además, aclara que no le sorprende que su hija tenga esa "curiosidad, e incluso diría capacidad para dispararse en el pie, con tal de examinar este asunto", y es que no ha de ser bonito ni sencillo recordar cómo tu infancia se veía destruida por tu propia familia y sin tú tener la posibilidad de hacer algo al respecto. Y encima tener el valor para exponerlo públicamente.

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