La emotiva carta de despedida de Josefina a su abuelo Mario Vargas Llosa

La noticia del fallecimiento de Mario Vargas Llosa ha sacudido al mundo entero, y obviamente de manera más directa a sus familiares. El escritor fallecía en Lima, Perú, afortunado de poder hacerlo rodeado de sus seres queridos. Aunque hace años sufría de una enfermedad que le dejaba fuera del foco mediático y público, hace pocas semanas, en su 89 cumpleaños, se dejaba ver sonriente y contento. De hecho, según confirmaba su amigo íntimo Enrique Ghersi, el ganador del Premio Nobel se veía lleno de vitalidad, haciendo bromas, contando chistes y riendo con sus cercanos. Por eso mismo, la muerte de Vargas Llosa ha sido una terrible sorpresa.

Una conexión especial

Y si bien sus hijos anunciaban su fallecimiento a través de un comunicado en X, su nieta Josefina, con la que tenía una conexión profunda y especial, también ha aprovechado las redes sociales para mandar un último mensaje a Vargas Llosa. Unas palabras que seguro han provocado más de una lagrimita, y es que a pesar de la tristeza de su partida, Josefina no tiene más que palabras de agradecimiento y cariño para su abuelo.

Josefina, de 30 años, hija de Gonzalo Vargas Llosa (expareja de Genoveva Casanova) ha compartido un emotivo texto junto a un carrusel de imágenes con el escritor, en las que también aparecen otras nietas, los hijos del Mario, su exmujer Patricia Llosa... y hace un recorrido por algunos de los mejores momentos que han compartido juntos a lo largo de su vida.

La despedida más emotiva

La nieta empezaba la carta reconociendo que las palabras que estaba escribiendo salían desde la tristeza más profunda y con el corazón completamente roto. Lo primero que quiere hacer Josefina a Vargas Llosa es agradecerle todo lo que ha hecho por ella: "porque fuiste mucho más que un abuelo, un segundo papá que me regaló la vida y me acompañó durante treinta años". No menos importante, también ha querido darle las gracias por estar siempre presente en los momentos importantes, "por tu cariño, tu generosidad y tus lecciones de vida". Admite que lo que más le duele es que Mario no vaya a conocer a sus nietos, pero tiene claro que crecerán sabiendo que su bisabuelo "fue un genio absoluto".

Josefinita, como firma la carta, se muestra orgullosa de saber que su abuelo pudo vivir la vida que siempre quiso, "escribiendo todos los días". Y fue justamente eso lo que le permitió recibir innumerables premios y distinciones, así como tener el honor de ser el primer peruano en ganar el Premio Nobel. También ha querido acordarse del trabajo de Vargas Llosa a través de la escritura, y es que no solo pretendía entretener, "sino también condenar la tiranía, promover la democracia y defender la libertad y derechos humanos", reafirmando que sus palabras cambiaron el mundo y lo seguirán haciendo en las generaciones por venir.

Por último, en un texto que se nota que está escrito desde lo más profundo, Josefina sabe que los días no serán iguales a partir de ahora y que ese hueco que siente en el pecho le recordará por siempre el amor y gratitud que siente por su abuelo. Dirigiéndose directamente a Mario Vargas Llosa, su nieta le quiere hacer saber que ya puede descansar en paz, que ya no tiene que preocuparse por su mujer ni sus hijos, porque los nietos ahora se encargarán de ellos, "te lo prometo". Y si algo consuela a Josefina, "es saber que las leyendas nunca mueren". Y para zanjar el mensaje al cielo, remarca que siempre ha sido, es y será "el orgullo y privilegio de mi vida ser tu nieta".