Justin Bieber advierte a sus fans de que no gasten dinero en su marca de ropa

Drama fashionista en el mundo celebrity. Justin Bieber ha dicho 'bye bye' (y no precisamente con cariño) a su propia marca de ropa, Drew House. Sí, esa misma que lanzó en 2019 con su ex estilista Ryan Good y que hasta hace nada era el mood total de su estilo comfy-hipster. Pues bien, ahora el canadiense ha roto lazos públicamente y ha dejado claro que ya no quiere saber nada de esa firma.

"No malgastes tu dinero en Drew House"

La bomba la soltó él mismo (cómo no) a través de sus stories de Instagram, aunque el post ya ha sido eliminado. Justin compartió una captura de pantalla del perfil oficial de Drew House y escribió, ojo al dato:

"Yo, Justin Bieber, ya no estoy involucrado en esta marca. Drew House no me representa ni a mí ni a mi familia ni a mi vida. Si estás rockeando conmigo, el Justin Bieber humano, no malgastes tu dinero en Drew House".

Y para rematar el drama, también subió un vídeo (muy rollo metáfora visual) en el que una versión animada de él mismo entra en una casa repleta de productos Drew… ¡Y le prende fuego! Luego se va con su mujer Hailey y su hijo de 7 meses, Jack, hacia un edificio iluminado. Muy simbólico todo, muy new chapter.

¿Qué se trae ahora entre manos?

Pues todo apunta a que Justin ya está metido en otro proyecto fashion: SKYLRK, que de momento es más misterio que otra cosa. Hay una cuenta de Instagram en blanco, sin publicaciones, pero ya se rumorea que es su próximo movimiento en el mundo de la moda. ¿Veremos una nueva era Bieber style? Todo apunta a que sí.

Lo curioso es que cuando Drew House arrancó, Justin estaba metidísimo en el tema. Según contó Ryan Good a la revista GQ en 2019, él lo propuso todo, lo diseñó, lo visualizó y lo vivió. Vamos, que era su proyecto fashion. "Tiene un gran instinto. Su ojo para la moda es una de las herramientas más valiosas que tenía la marca", dijo en su día su ex estilista.

Seguiremos atentas de sus próximos movimientos... A ver si las actitudes extrañas de los últimos días no eran otra cosa que preparar el terreno para una nueva campaña publicitaria.