Tamara Falcó confiesa lo que le ha dicho Íñigo Onieva por San Valentín y lo que piensa de este día

No es desconocido que a Tamara Falcó le gusta lo tradicional, lo clásico, y por eso nos imaginábamos que San Valentín no sería una de esas festividades que pasan sin pena ni gloria, más después de haber formalizado su relación con Íñigo Onieva en matrimonio.

Desde que se dieron el 'sí, quiero', la pareja ha cogido las maletas y no han dejado ni un rincón del mundo sin pisar, y su pasaporte ya acumula sellos de destinos de ensueño, el último de ellos Corea del Sur. Un viaje que, según la marquesa de Griñón, ha sido toda una experiencia: "Tenía muchas ganas de viajar a Seúl. Por fin he podido hacerlo y ha sido una experiencia maravillosa".

El deseo de ser madre

Otra de las cosas que están en la mente de Tamara desde la boda es la maternidad, y ya hace meses que la colaboradora de 'El Hormiguero' ha hablado abiertamente sobre su deseo de formar una familia junto a Íñigo, aunque reconoce que el camino no está siendo fácil.

En la presentación del libro de una amiga, la hija de Isabel Preysler contó que está haciendo "todo lo posible" para ser madre, pero sin forzar nada y dejando las cosas "en manos de Dios". Además explicó que, aunque los tratamientos existen, ella confía en que, si está en su destino, sucederá cuando tenga que suceder. Pero que si no, "pues es parte de mi camino", decía con tranquilidad.

Las palabras de Onieva

Y entre tanto avión, maleta y turismo de lujo (como no podía ser de otra manera), Falcó también debe cumplir con sus compromisos profesionales, como el de la tertulia con Pablo Motos en el programa de las hormigas. Y anoche, evidentemente, uno de los puntos a tratar fue el día de los enamorados. Una fecha que, como ella misma reconocía, le ha gustado desde el colegio, cuando con los compañeros de clase se intercambiaban caramelos para demostrar su amor. Aunque también había rangos, porque dependiendo cuánto querías a esa persona, "el paquete sería de una forma u otra", comentaba entre risas.

El presentador ha preguntado a la marquesa cómo celebran este día en casa, y Tamara ha confesado que su marido tuvo unas bonitas palabras hacía ella ayer, un día antes, pero que todo tiene una explicación.

Según ha contado, al despertar este jueves, su marido le soltó un inesperado: "Feliz San Valentín", y mientras ella le recriminaba que aún no había llegado el 14 de febrero, Íñigo le soltaba en un destello de romanticismo: "Contigo es San Valentín todos los días". La verdad que esto sí que no lo vimos venir.

Una clase de historia

Por si fuera poco, la marquesa también ofrecía una lección sobre el origen de esta festividad, remarcando que San Valentín existió de verdad y casaba a personas que se querían. Eso sí, el final es más trágico de lo que uno se espera, porque al enterarse de lo que hacía Valentín le dijeron "Te vamos a matar si no paras". Él hizo caso omiso y pues, te puedes imaginar cómo acaba la historia. Palabrita de Tamara, no nuestra.

Y en un giro dramático de los acontecimientos, la hija de Isabel Preysler ha revelado que las reliquias del santo están más cerca de lo que pensamos, concretamente en Madrid, en la iglesia del padre Ángel. Si lo dice la marquesa, quiénes somos nosotras para negárselo.

Así que entre viajes, proyectos y deseos por cumplir, 2025 pinta a año muy romántico para el matrimonio. Porque, al menos para Íñigo, San Valentín no es solo un día en el calendario, sino un estado permanente.