Elizabeth Banks, a punto de morir atragantada con un guisante

Elizabeth Banks, la actriz y directora que nos conquistó en 'Los Juegos del Hambre' y 'Pitch Perfect', ha pasado por una de nuestras peores pesadillas: en pleno rodaje de su última película, 'Skincare', la actriz estuvo a punto de morir atragantada. Define miedo.

A sus 50 años, Elizabeth sufrió este conato de asfixia mientras estaba sola en su camerino. Todo ocurrió cuando, en un descanso del rodaje, decidió comer algo ligero. Un "pequeño guisante" se convirtió en su peor pesadilla al atascarse en su garganta. En declaraciones a 'Good Morning America', la actriz asegura lo aterrador que fue no poder emitir ningún sonido y sentir tanto miedo: "Abrí la puerta de golpe, no podía hacer ruido, tenía mucho miedo. Fue terrorífico".

Salvada por un técnico del rodaje y la maniobra de Heimlich

Justo en el momento crítico, apareció un miembro del equipo de rodaje, cuyo nombre es Julius, que la vio y le preguntó: "¿Te estás ahogando?". Al ver que Elizabeth apenas podía balbucear un "Sí", actuó rápidamente. Con mucha calma, Julius le practicó la maniobra de Heimlich, ¡dos veces! Al final, el guisante salió y Elizabeth pudo respirar de nuevo. "Julius, te quiero", exclamó la actriz, reconociendo que le había salvado la vida.

Elizabeth añadió: "Tuvo que hacerlo dos veces. Se llama Julius. Es mi ángel de la guarda. Julius, te quiero".

Después del susto, Elizabeth Banks, como buena celeb, quiere aprovechar su experiencia para concienciar sobre la importancia de saber hacer la maniobra de Heimlich. "Asegúrate de que sabes hacerlo. Háblalo con tu familia". La técnica de primeros auxilios consiste en que una persona aplique presión contra el abdomen de la víctima de asfixia para forzar la salida del objeto que bloquea sus vías respiratorias.

Elizabeth añadió que el mundo está lleno de ideas erróneas sobre este método, como que puede romper las costillas de las personas: "Se están muriendo, así que rómpele una costilla si es necesario. No me habría importado que me rompieran una costilla. Literalmente no podía respirar y me daba mucho miedo".