Belén Rueda se sincera sobre el duelo vivido tras la muerte de su hija

En 1997 Belén Rueda perdía a su hija María debido a una cardiopatía.

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Belén Rueda habla del fallecimiento de su hija
Belén Rueda habla del fallecimiento de su hija / Gtres

Belén Rueda ha sido una de las últimas invitadas al podcast de Vicky Martín Berrocal A solas con… y hay que reconocer algo, algo tiene la diseñadora que logra que cada uno de los participantes de las diferentes entrevistas que ha realizado se sinceren con nunca antes. 

De Victoria Federica hablando de su madre y su hermano a Hiba Abouk haciendo declaraciones por primera vez acerca de cómo se sentía tras su separación y las polémicas que giran en torno a su expareja. Una serie de encuentros que han humanizado, más si cabe, a ciertos personajes. 

La última fue Belén Rueda, quien compartió con Vicky Martín Berrocal una increíble charla en la que habló de superación y de cómo sobrevivir a una de las cosas más chocantes y tristes que le puede ocurrir a una persona: la muerte de un hijo o hija. 

Belén Rueda habla del fallecimiento de su hija

En 1996, Belén Rueda daba a luz a su segunda hija, María, quien fallecía antes de llegar al año debido a una cardiopatía. Una situación de la que una no se recupera nunca, como ha afirmado la actriz, quien admite que esto inició un episodio de dolor y duelo.

Lo cierto es que ella nunca había comentado nada al respecto, ni se había abierto en cuanto a los sentimientos vividos durante esta época. Hasta ahora, junto a Vicky Martín Berrocal, a quien le ha confesado que estos fueron los días más difíciles de su vida. 

Al ser preguntado por el fallecimiento de su hija, Belén asegura: “Pasas por fases. Al principio es negación absoluta de que eso haya ocurrido, tienes la sensación cada día que te levantas de que va a estar, de que no puede ser verdad. Te enfadas y tienes mucha rabia contra todo el mundo en general, piensas que es injusto porque no es natural”. 

También admite que se dio cuenta de que debía seguir adelante por su hija mayor, Belén, que por aquel entonces tenía tres años, y a quien tuvo que explicarle que su hermana no iba a volver a casa: “El ‘nunca volverá' no les sirve, al día siguiente te preguntan dónde está. Entonces te das cuenta más profundamente de la injusticia de algo así”, asegura emocionada. Una emoción que deja constancia de que un hecho así te marca y nunca se olvida. 

“Ahora, el duelo hay que pasarlo, y la única forma de pasar el duelo es hablándolo. De verdad, no hay otra. El dolor tienes que llorarlo, pensarlo, tener rabia, otros días ilusión... Pero hay una frase muy bonita que leí: ‘Ten cuidado con que tu alegría no sea de cristal y tu dolor de hierro’. Es una frase que te explica que el dolor tienes que sentirlo, tienes que vivirlo, es necesario expresarlo, compartirlo, vivirlo sola…”.

Tras la muerte de su hija María, Belén tuvo que enfrentarse a la falta de su padre, fue entonces cuando decidió ir a terapia, donde aprendió: “Cuidado con alargar el duelo demasiado porque sientas que estás traicionando a esa persona que físicamente ya no está contigo. Porque hay otra cosa que es verdad: ella sigue conmigo, pero de otra manera”.

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