Rojos, negros y amarillos: la escapada perfecta a los pueblos de colores de Segovia

Viajamos hasta Segovia para descubrir pueblos que enamoran gracias a sus colores y encanto rural.

Si te gusta la naturaleza y el relax, apunta estas cabañas en Cuenca porque te van a flipar

La mejor escapada rural: una ruta por los pueblos de colores de Segovia.
La mejor escapada rural: una ruta por los pueblos de colores de Segovia. / Istock / Juan-Enrique

Segovia es su acueducto romano y su impresionante catedral, los platos de Cándido que resuenan estruendosos al chocar contra el suelo y su cochinillo asado, pero la provincia también esconde una joya para las amantes de las escapadas rurales: sus pueblos de colores.

Este rincón de España cuenta con algunas localidades que bien merecen unas cuantas publicaciones en Instagram gracias al color de sus edificios y casas, que varía según los materiales usados para su construcción. Así tenemos pueblos negros en los que la pizarra es el material predominante; pueblos amarillos como la cuarcita que se descubre en sus calles o rojos, gracias al color de la arenisca ferruginosa. Una paleta cromática que dota a cada pueblo de una identidad propia, en la que el color y la textura de las casas, iglesias y plazas forman parte de su historia.

Disfruta de pueblos negro como El Muyo, en el que destacan las construcciones de pizarra.

Disfruta de pueblos negro como El Muyo, en el que destacan las construcciones de pizarra.

/ Istock / Juan-Enrique

Lo que más nos llama la atención de los pueblos de colores de Segovia es su buen estado de conservación. Parecen más un decorado o un plató de cine que municipios en los que la vida discurre como en tantos otros lugares de la España Vaciada: sin prisa y disfrutando de un entorno único.

Pueblos negros: El Muyo y otros pueblos de pizarra

Empezando la ruta, encontramos los pueblos de arquitectura negra, en los que predomina la pizarra. El Muyo es uno de los más destacados gracias a su ambiente medieval. El efecto que ofrecen las casas y tejados de pizarra contrastan con el verdor del paisaje circundante, creando una atmósfera mágica. De hecho, durante el otoño e invierno, los tonos oscuros resaltan aún más, dando un toque misterioso que invita a refugiarse junto a la chimenea en alguna casita rural de la zona.

El Muyo, precioso pueblo negro que parece haberse detenido en el tiempo.

El Muyo, precioso pueblo negro que parece haberse detenido en el tiempo.

/ Istock / Juan-Enrique

También forman parte de los pueblos negros otros municipios situados a los pies de la sierra de Ayllón, como Becerril, donde la arquitectura negra cobra vida. Además, la pizarra es perfecta a la hora de proteger las viviendas, ya que conserva las casas frescas en verano y aisladas en invierno, adaptándose a las condiciones climáticas de la zona.

La arquitectura roja: Madriguera y el encanto de la arcilla

La siguiente parada de la ruta de colores nos lleva a Madriguera, uno de los pueblos rojos de Segovia. Este lugar debe su color al uso de la arcilla y la arenisca ferruginosa que imprimen de un tono rojizo las casas y fachadas del municipio.

Madriguera, uno de los pueblos rojos de Segovia.

Madriguera, uno de los pueblos rojos de Segovia.

/ Istock / Helena GH

En Madriguera, la vida transcurre tranquila, puesto que solo cuenta con una treintena de habitantes. Ahora bien, pese a su poca población, tiene infinidad que encantos que ofrecer, como la iglesia de San Pedro, que cuenta con una espadaña realizada en piedra roja o, a escasos metros del pueblo, un lavadero que se ha recuperado de su estado ruinoso.

Si el rojo es tu color favorito, además de Madriguera, no deberías perderte otros pueblos como Villacorta que también ofrece la misma gama cromática en algunas de sus edificaciones, como la iglesia de Nuestra Señora del Manto, la ermita de San Juan Bautista o los dos palomares que existen en el municipio.

En Madrigal se juega todo al rojo.

En Madriguera se juega todo al rojo.

/ Istock / Sami Auvinen

Pueblos amarillos: Martín Muñoz de Ayllón y la belleza de la cuarcita

Martín Muñoz de Ayllón es conocido como pueblo amarillo gracias a la caliza y cuarcita que se han utilizado en la construcción de sus edificios. Estos materiales hacen que las casas parezcan reflejar la luz del sol, aportando una calidez única al paisaje. Resulta recomendable visitar la antigua iglesia en honor al patrón de esta comarca, San Martín de Tours o el molino rehabilitado, que, aunque pertenece a un particular, puede verse dando un paseo por las inmediaciones.

Martín Muñoz de Ayllón es el mejor ejemplo de pueblo amarillo.

Martín Muñoz de Ayllón es el mejor ejemplo de pueblo amarillo.

/ DavidDaguerro Creative Commons Attribution-Share Alike 4.0 International license

Recorrer los pueblos de colores de Segovia es una experiencia que te permite sumergirte en un ambiente rural único en el que gozar de tranquilidad y belleza en un entorno natural de lo más singular. Eso sí, ya te avisamos que, al menos en este caso, te va a resultar muy difícil determinar cuál es tu color de pueblo favorito.

Síguele la pista

  • Lo último