En el año del Jubileo, y si te agobian las multitudes, descubre la Roma francesa: 24 horas en Nimes
Viajamos hasta el sur de Francia para descubrir una ciudad en la que el legado romano está presente en cada rincón.
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Desde el pasado 24 de diciembre y hasta el 6 de enero de 2026, se celebra en Roma el Jubileo, una cita imprescindible para todos aquellos que quieran peregrinar a la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro del Vaticano. Y, aunque visitar la Ciudad Eterna siempre es un buen plan, si te agobian las multitudes te proponemos una alternativa a la francesa: la bella Nimes.
Antes de poner un pie en esta coqueta ciudad, conviene saber que no hace falta mucho tiempo para descubrir sus principales encantos. Con un fin de semana será más que suficiente. Además, ahora cuenta con unas fantásticas conexiones en tren desde Barcelona gracias al TGV INOUI, tren perteneciente a SNCF Voyageurs que cubre la ruta entre la Ciudad Condal y París.

Un símbolo… ¿de marca?
Nimes combina historia, cultura y modernidad. Conocida como la ‘Roma francesa’ nos da la bienvenida con un símbolo muy curioso que puede verse a lo largo de toda la ciudad. Lo que para muchas podría ser el logo de Lacoste, es, en realidad, un emblema que refleja la fuerte herencia romana de la ciudad: un cocodrilo encaramado a una palmera.
Nos remontamos ahora hasta el año 31 a.C., tras la victoria de Augusto sobre Marco Antonio y Cleopatra en la batalla de Actium, muchos soldados romanos que habían participado en la campaña de Egipto fueron recompensados con tierras en Nemausus (nombre romano de Nimes). Para conmemorar este hecho, se adoptó el cocodrilo encadenado a una palmera como símbolo de la ciudad, representando la sumisión de Egipto a Roma.

48 horas en Nimes: un viaje por la historia y el encanto francés
Empezamos a descubrir Nimes con un plato fuerte: su anfiteatro, un Coliseo en miniatura. Conocido también como las Arenas de Nimes fue construido en el siglo I d.C. y es uno de los anfiteatros romanos mejor conservados del mundo. Puedes visitarlo por tu cuenta o bien mediante una ruta guiada que te descubrirá algunas curiosidades sobre los espectáculos de gladiadores que se celebraban.
Todo en la ciudad está a tiro de piedra y a pocos pasos nos topamos con la Maison Carrée, un templo romano perfectamente conservado que data del siglo I. Si deseas sumergirte aún más en la historia, puedes llegar hasta la Puerta de Augusto, uno de los restos más antiguos de la muralla romana de Nimes. Esta puerta era una de las entradas principales a la ciudad en tiempos del Imperio Romano y sigue en pie como testimonio de su grandeza.

A la hora de comer puedes hacer una parada en Les Halles de Nimes, un espacio cubierto y climatizado que ofrece lo mejor de la gastronomía de la región. Podrás deambular entre puestos con infinitas variedades de patatas, quesos, verduras o, cómo no, el bacalao en sus múltiples formas. Además, la brandada es una delicatessen local.
Por la tarde, puedes seguir descubriendo el pasado de la ciudad si visitas la Tour Magne, una torre romana situada en lo alto de los jardines de la Fontaine. Y, si te encuentras con ganas, debes subir hasta la cima para obtener una vista panorámica de Nimes que bien merece unas cuantas fotos para el Insta. También resulta de interés el templo de Diana, un vestigio romano cuya función original sigue siendo un enigma para los historiadores.

Arrancamos el segundo y último día en Nimes desayunando en Patisserie Courtois, una de las pastelerías más emblemáticas y cuquis de la ciudad. Luego, resulta imprescindible visitar el Musée de la Romanité, un museo que alberga una impresionante colección de artefactos romanos y que corrobora que el sobrenombre de la ciudad (la Roma francesa por si queda alguna despistadilla lectora) le viene al pelo.
El barrio de l’Écusson es el casco antiguo de Nimes. Allí vas a encontrar calles adoquinadas llenas de tiendas de artesanías y pequeños cafés. Para almorzar, puedes decidir entre Le Bistronome con un menú basado en productos frescos del mercado o darte un homenaje en L’Impé, la brasería del legendario Hôtel L'Imperator. Este establecimiento abrió sus puertas en 1929 y ha acogido a todo tipo de personas, desde Frank Sinatra y Ava Gardner hasta Ernest Hemingway, que acudían a Nimes para asistir a sus famosas corridas de toros.

Y, para acabar nuestro recorrido de 48 horas por la Roma francesa, nos dirigimos al Carré d’Art, un museo de arte contemporáneo diseñado por Norman Foster, que se encuentra justo enfrente de la Maison Carrée. Allí podrás sorprenderte con su colección de arte contemporáneo de más de 400 obras pertenecientes a movimientos como el Nuevo Realismo o la Figuración Libre.
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