No tiene estrella Michelín, pero este restaurante del centro de Madrid lo lleva petando 10 años y es ideal para los amantes de la fantasía

Hace diez años, en el número 4 de la calle de Cádiz abría un restaurante con cierta estética kitsch, mucha purpurina y un nombre de lo más sugerente: Rosi La Loca. Y, desde entonces, lleva demostrando que no es un restaurante cualquiera, sino un lugar donde la fantasía y la realidad se entrelazan en una experiencia inolvidable.

Desde su apertura, esta ‘taberna de locos’ ha apostado por la creatividad sin límites, conquistando a madrileños y visitantes (los italianos y coreanos que lo visitan son legión) con su propuesta gastronómica y su estilo irreverente.

A Rosi La Loca se va a comer, a beber y a disfrutar. Bajo la dirección del Chef Ejecutivo Javier Alfaro, la carta es un viaje culinario que combina la tradición mediterránea con influencias asiáticas, italianas y nikkei. Pero no es el sabor lo que más sorprende, puesto que cada plato se presenta de manera espectacular, acercando la alta gastronomía a un público amplio con una propuesta accesible y creativa.

Precisamente de ello nos ha hablado Minerva Tapial, CEO de Rosi La Loca World, que recuerda que fueron los primeros en democratizar una experiencia culinaria y sensorial a un precio apto para cualquier bolsillo. Y, de cara al futuro, Tapial lo tiene claro: ‘Abrazar la locura es la clave para seguir evolucionando sin perder nuestra esencia’.

A lo largo de los años, Rosi La Loca se ha convertido en un referente en Madrid, atrayendo tanto a influs (las redes sociales están llenas de imágenes de esta taberna de locos) como a amantes de la buena comida y la diversión. Entre sus platos estrella destacan las Bravas Locas, premiadas en el IV Concurso Internacional ‘Una de Bravas’ en 2023, las croquetas de jamón ibérico (presentadas en una sirena cerdita que nos ha enamorado), el tataki de atún con alga wakame y salsa teriyaki, o la tortilla al momento con trufa negra, elaborada con patatas LAYS. También encontramos en la carta otro imprescindible: su baocata de costilla de ternera, con pan bao de remolacha y carne cocinada a baja temperatura que se deshace en la boca.

Y el momento dulce lo protagoniza el postre Dulce Miss You, que combina crema de mascarpone, dulce de leche, cookies y crispy de frambuesa.

La experiencia en Rosi La Loca es de lo más completa gracias a su propuesta líquida, donde destacan el cóctel Gato Loco, una mezcla de ginebra, puré de mango y sirope de violeta, y su sangría roja, elaborada con vino tinto, ginebra, maracuyá, frutos rojos y un toque de cava.

En definitiva, diez años después, Rosi La Loca sigue siendo un templo para los amantes de la buena comida y la diversión. Sin estrella Michelín, pero con un brillo propio que sigue conquistando paladares. ¡A por otros 10 más!