El arte de vivir: lujo natural en Mallorca de la mano de MarSenses
Dicen que como en casa en ningún lado, y MarSenses ha sabido llevar ese lema a su máximo exponente en cada uno de sus hoteles, apartamentos y, por supuesto, en Cas Metge Matas, su espectacular villa del siglo XIX.

Cuando una pone todo su corazón en algo, cuando una está en constante búsqueda de la perfección, quizá no la encuentre, básicamente porque no existe, pero está un paso más cerca de ella. Y eso es lo que uno siente nada más entrar en Cas Metge Matas, que forma parte de la cadena hotelera MarSenses, una espectacular villa del siglo XIX que se ha transformado, sin perder su esencia, en un oasis de lujo y paz en medio de la preciosa Mallorca.

La que fuera propiedad del doctor Pedro Jaume Matas, considerado una eminencia y un pionero en lo que supone la medicina en la isla, Cas Metge Matas es un viaje en el tiempo en el que nunca quieres volver al presente.
Rodeada de 8.000 m² de jardines, estanques, naranjos, huertos, viñedos... Lo más 'molesto' que se puede escuchar son los pájaros cantando y la brisa moviendo las hojas de los árboles. Un gustito para los oídos que hace que despertarte por la mañana sea apetecible. Lo que nunca hubieses pensado, vaya.

Enclavada en Santa María del Camí, la villa es 'solamente' la joya de una corona formada por todo un complejo hotelero que se puede encontrar en las mejores ubicaciones de Mallorca y Menorca.
Sin clientes, solo huéspedes
A pesar de lo cliché que suena, "MarSenses es como una familia", asegura el CEO de la misma, Rodrigo Fitaroni, y es algo que uno percibe desde que pone el primer pie en Cas Metge Matas y todos te reciben con una sonrisa y un caluroso abrazo. Y lo mejor es cuando se siente genuino, que sale de dentro.
Si ya solo con la parte exterior de la villa piensas que nada puede ser más idílico, es entrar a la casa y escuchar un precioso piano de cola tocado por un artista para que tú no puedas dejar de sonreír y te deleites con su arte. Todavía no te ha dado tiempo ni a dejar las maletas y ya sabes que va a ser de las mejores experiencias de tu vida.

Pero ahora viene un arduo trabajo, durísimo trabajo (nótese la ironía), que es el de explorar cada rincón de la casa, cada detalle. Lo más normal es encontrar algo que no vaya con tu estilo, algo que tú hubieses colocado diferente, algo que hubieses puesto o que hubieses quitado, pero en Cas Metge Matas eso no sucede. Todo está donde tiene que estar, todo es cómo tiene que ser.
El sabor de la tierra
Después de recorrer las tres plantas, los jardines, disfrutar de la impresionante piscina y quedarte literalmente pasmada con las vistas a la sierra de Tramuntana, se hace la hora de comer. Es entonces cuando llega el momento de brillar de Raúl Ramos, el chef corporativo de MarSenses, que no hace otra cosa que demostrarnos que no tenemos ni idea de lo que es el buen comer (hasta ahora, claro).

Siempre con productos kilómetro cero, de la isla o incluso de los propios huertos de Cas Metge Matas, cada plato era una oda a la gastronomía. Con permiso del resto de platos, y con permiso de Raúl, sin duda hemos de destacar la caldereta de langosta.
Es que aunque no seas fan de los mariscos, te aseguramos que vas a querer repetir quince veces. Bueno, en realidad no, porque al estar todo tan delicioso no vas a parar de comer y para cuando llegue la caldereta no vas a poder más. Spoiler: vas a dejar el plato como si nunca hubiese habido caldereta.

Un espacio para todo
Si algo destaca de Cas Metge Matas es que las posibilidades son infinitas. Puedes alargar la sobremesa toda la tarde en el jardín trasero en la zona 'chill-out', recorrer a lo largo y ancho los jardines dignos de palacio, tener conversaciones infinitas en la barbacoa exterior, o puedes simplemente sentarte a descansar, respirar y escuchar cómo te envuelve la naturaleza e incluso salir a pasear por Santa María del Camí, una de las zonas más tranquilas de toda Mallorca.


Porque sí, Mallorca no es solo fiesta y descontrol, también son paseos en bici, caminatas por el campo y reconectar con uno mismo. Mallorca también puede ser un destino de retiro espiritual improvisado. Cas Metge Matas invita a ello.
Primero una vez y después ya para siempre
Entonces llega el momento de ir a dormir (puedes cenar antes, si es que todavía tienes espacio de la comilona del mediodía), y es cuando la modernidad se aúna con la imponente historia de siglos de la casa. Porque la habitación tipo suite con espectaculares vistas a los jardines, tiene cada preciso detalle para que, como decíamos antes, te sientas como en casa, pero con la característica de que las paredes son de piedra, las bigas de madera sosteniendo el techo... simplemente precioso.

No ha sido nada fácil el camino que han tenido que recorrer Rodrigo Fitaroni y MarSenses desde 2019 (con pandemia de por medio) para lograr que Cas Metge Matas sea lo que es hoy en día. Desde dificultades para la remodelación de algunas partes de la vivienda, hasta el hecho de que lleguen los suministros básicos como agua, luz e internet a la villa, ha sido su trabajo y esfuerzo los que han hecho que una villa del siglo XIX se convierta en un auténtico paraíso terrenal.


Estamos más que convencidas de que no vas a querer abandonar Cas Metge Matas nunca, y no podemos asegurarte que la vuelta a la realidad vaya a ser complicada. Pero de lo que sí estamos seguras es que una vez visites la villa del médico, tus futuras vacaciones vas a querer pasarlas ahí de nuevo.
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