Una sola zapatilla Victoria tiene dentro pasado, presente y futuro sostenible

Sí, sí, todo eso.

Campaña de Victoria Dear World
Campaña de Victoria Dear World / Victoria

Las cosas más sencillas, a veces, son las más difíciles de hacer, y Victoria ha querido enriquecer aún más su ya de por sí interesante historia (casi leyenda): la marca española con base en La Rioja lanza ahora Dear World que es, ni más ni menos, su compromisosostenible y de calidad. Según explican, mediante comunicado, porque como todas las empresas han preferido primar la seguridad y sanidad pública a sus intereses y han cancelado su evento de presentación para evitar contagios víricos, este proyecto es la unión entre su saber hacer y su proyecto de futuro de mínimo impacto en el medio ambiente, porque sostienen que la moda más sostenible es la que ya se ha producido... Y no falta razón en tal afirmación.

En definitiva, Dear World engloba, tal cual, el compromiso de la marca con la sostenibilidad, que va más allá de lo que muchas marcas se llegan a plantear... Y es que la historia de Victoria ya iba unida a la reutilización de materiales, pero ahora, por ejemplo, se materializa en el <strong>modelo 1915 reciclado</strong>nuevo modelo 1915 reciclado, fabricado con algodón 100% orgánico cultivado en España recuperado y caucho natural en la suela extraído de las láminas del árbol de la Hevea. En No Trace, que se lanzó en 2019, el objetivo era fabricar las suelas con caucho y neumáticos desechados.

Y todo eso forma parte de una familia de zapatillas que, además, pasan hasta cinco controles de calidad, se fabrican siempre a mano y mayoritariamente (un 72% de la producción) a menos de 50 kilómetros de la sede de Victoria en La Rioja (eliminando costes de transporte y emisiones derivadas del mismo). Total, un conjunto que hace pensar que Victoria, además de ser esa zapatilla cómoda, bonita y atemporal es ahora, además, una zapatilla icónica: representa la tradición, un presente justo y sobre todo un necesario futuro sostenible... Y buen precio, claro, porque a veces se puede pedir todo.

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