Leighton Meester dice que ni vestidos ni 'glamour', no todo era bonito en 'Gossip Girl'

Leighton Meester como Blair Waldorf en Gossip Girl
Leighton Meester como Blair Waldorf en Gossip Girl / (c)Jackson Lee

Se acaban de cumplir once años del estreno del primer episodio de 'Gossip Girl', la historia sobre los estudiantes de un exclusivo colegio del Upper East Side neoyorquino que se convirtió en una serie de culto, entre otras razones por su vestuario de ensueño. Para conmemorar ese aniversario, Leighton Meester (o sea, Blair Waldorf) ha querido echar la vista atrás para recordar el papel que marcó un antes y un después tanto en su vida como en su carrera, y el balance final que ella hace de la experiencia se parece mucho al que arrojaba su personaje: que no todo lo que relucía era oro.

"Era muy joven cuando empecé en 'Gossip Girl'. Había mucha gente a mi alrededor y todas las miradas estaban puestas en mí. Si no cuentas con la perspectiva adecuada, puedes acabar sintiéndote muy confundida por todas esas personas que son agradables contigo sin motivo aparente o que, por el contrario, te juzgan por un comportamiento que no deja de ser de esperar en alguien de 20 ó 21 años... Cometes errores, como todo el mundo, pero tienes que lidiar con ellos en público", ha reflexionado la intérprete en una entrevista a The Edit. "Ha resultado muy interesante y formativo examinar aquella época desde la perspectiva de un adulto y darme cuenta de que a lo mejor no era el mejor ambiente o el más sano".

En concreto, y al igual que le ha sucedido a muchas otras estrellas juveniles antes que ella, Leighton considera que en aquel momento no estaba realmente preparada para pagar el precio de esos niveles de fama.

"Llegaba al set a las cinco de la mañana y no me marchaba hasta las ocho de la tarde: había muchos días que no veía la luz del sol. Todos tenemos que experimentar una evolución, en especial cuando eres un veinteañero y tienes que descubrir quién eres. Debido al éxito de la serie, a mí me tocó vivir todo eso a un ritmo acelerado. Tuve que madurar muy rápido y sin una personalidad aún formada para decidir qué era real y qué no lo era, en quién podía confiar y en quién no".

Por suerte, con el paso de los años la actriz (que está casada con el protagonista de otra exitosa serie juvenil, Adam Brody, quien daba vida a Seth Cohen en 'The O.C.') ha conseguido encontrar el anhelado equilibrio en lo personal y lo profesional: "No cambiaría nada de mi pasado, estoy feliz donde estoy", ha concluido.

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