Christian dice que 'Bale' ya de cambios físicos por trabajo
Van a acabar con su vida.

Christian Bale ha dicho que se acabó. El actor, de 44 años, no está dispuesto a seguir sometiéndose a las radicales transformaciones físicas que han acarreado algunos de sus papeles en el cine y que, todo sea dicho, le han valido algunas de las mejores críticas de toda su carrera.
"No puedo seguir haciéndolo, de verdad que no. Mi propia mortalidad me está mirando a la cara", ha afirmado en una entrevista al dominical Sunday Times.
El caso del actor es algo diferente al de sus compañeros de profesión, donde encerrarse en el gimnasio durante un par de meses para ponerse en forma antes de meterse en la piel de un superhéroe o un personaje de acción está a la orden del día. Aunque él ya probó con ese método de cara a las películas de Batman de Christopher Nolan, han sido sus caracterizaciones radicalmente opuestas y mucho menos saludables las que han quedado grabadas en la retina del público: su pérdida extrema de peso para 'El maquinista', que rodó pesando poco más de 54 kilos, o la imagen frágil que cultivó para 'The Fighter' (por la que ganó su único Oscar hasta la fecha) hizo que a los fans les costara reconocerle cuando en 'American Hustle' apareció con una sorprendente calva y una considerable barriga cervecera.
Si finalmente se mantiene fiel a su palabra, su caracterización como el antiguo vicepresidente de los Estados Unidos Dick Cheney en dos etapas distintas de su vida para la peli 'Vice' será su forma de despedirse para siempre de su etapa más camaleónica y desde luego lo ha hecho por todo lo alto, con un Globo de Oro incluido. Además de engordar una vez más para ese papel y teñirse el pelo y las cejas, Bale entrenó duro para fortalecer los músculos del cuello y parecerse lo más posible al político.
Esa metamorfosis, por impresionante que resulte, no supuso ninguna sorpresa en su casa, que comparte con su esposa Sibi Blazic y sus dos hijos.
"Da igual lo que suceda, mi mujer ya lo ha visto todo. A mi hijo le encantaba mi barriga. Le encantaba dar saltos sobre ella cuando le sostenía en brazos, o darse de cabezazos y rebotar y caer al suelo", ha contado Christian.
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