Adara Molinero es nosotras en la peluquería, entre gritos y lágrimas con su nuevo corte de pelo en 'Supervivientes'
La superviviente ha aceptado cortarse 10 centímetros de su melena a cambio de un bocadillo... y una tarta de chocolate.

En la recta final de la edición, 'Supervivientes: All Stars' ha vivido una de las noches más deseadas por el público (no tanto por los concursantes): la temida 'mesa de las tentaciones'. En ella, todos los supervivientes recibían una suculenta tentación a cambio de un doloroso castigo o penitencia. Es el caso de Adara Molinero, quien se ha convertido en una de las protagonistas indiscutibles de la noche tras protagonizar, con lágrimas y gritos incluidos, su particular castigo.

La penitencia y recompensa de Adara
Ha sido Laura Madrueño quien le ha ofrecido algo que, a estas alturas de concurso, es superdeseado por todos los allí presentes: comida. La primera propuesta era quemar su objeto personal a cambio de un trozo de bocadillo, algo que la madrileña ha aceptado sin muchas dudas: "Tengo a todas las personas que quiero dándome apoyo. Aunque es muy doloroso", alcanzaba a decir antes de lanzar su querido objeto sobre las llamas.

Era entonces cuando la presentadora continuaba con el juego sumándole dificultad y ofreciéndole un bocadillo y una llamada con su novio a cambio de cortarse 25 centímetros de pelo. En ese momento, Adara, no siguiendo los pasos de Anita Williams hace unos meses, rechazaba la oferta: "No me hagáis esto, es por la oreja, el pelo no, por favor", suplicaba aun sabiendo que su novio se encontraba al otro lado del teléfono dispuesto a mantener una emotiva conversación.
Gritos, lágrimas y un 'nuevo look'
Por su parte, y "muerta de hambre", proponía una contraoferta mucho más beneficiosa para ella y, por supuesto, para su melena: dos trozos de bocadillo y un trozo de tarta de chocolate a cambio de cortarse 10 centímetros de pelo. Una proposición que le gustaba a Madrueño, quien aceptaba y rápidamente cogía la tijera para comenzar con el 'cambio de look' de la influencer. "Mi novio me deja, me va a dejar", repetía a gritos mientras se mostraba un poco (bastante) arrepentida con la decisión tomada.
De esta manera, y antes de mostrar el resultado final de este corte, Adara continuaba gritando muy nerviosa mientras alcanzaba a decir que: "Desde abajo, por favor. La que estoy liando, Dios mío, qué fea", suplicándole a Laura que no se excediera más allá de la oreja y que el largo se mantuviera por debajo. Y es que Adara, te entendemos, todas hemos sido tú alguna vez cuando hemos ido a la peluquería y los dos dedos que hemos pedido... no han sido dos dedos.
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