Roxette y una bebida fresquita: cómo arrasar en el festival de verano más bonito

No todos los días una se planta en el Real Jardín Botánico Alfonso XIII para cantar a pleno pulmón todos los himnos de Roxette. El pasado viernes tuvimos la suerte de vivirlo en primera persona y todavía seguimos tarareando 'The Look'. Era la primera vez que el grupo sueco aterrizaba en Madrid con su nueva cantante, Lena Philipsson, y, la verdad, no pudo ser mejor estreno.

Después de la pérdida de Marie Fredriksson, muchos dudaban de cómo sería volver a escuchar en directo temas tan icónicos. Pero ahí estaba Per Gessle, acompañado de Lena, dispuestos a demostrarnos que Roxette sigue más vivo que nunca. Lena, para quien no la conozca, es toda una estrella del pop sueco, conocida por representar a Suecia en Eurovisión 2004. No intentó imitar a Marie, sino que le dio su toque sin perder la esencia... Y, oye, fantasía de verdad.

La noche empezó con 'Dressed for Success' y desde ahí fue un no parar: 'Joyride', 'Listen to Your Heart', 'It Must Have Been Love' (por supuesto)… Sonaron todos los éxitos y alguno más que teníamos medio olvidado, pero que cantamos como si se hubiera lanzado ayer. El ambiente era una auténtica fiesta: parejas bailando, grupos de amigas abrazadas y un público entregadísimo pidiendo más. Y claro que hubo más: tres bises que nos dejaron con ganas de repetir al día siguiente.

Pero no solo de música vivió la noche. La Experiencia Alhambra fue la guinda del pastel. Llegar, pasear entre los food trucks, pillar algo rico de cenar y que te sirvan una Alhambra bien fría mientras esperas a que empiece el concierto… Eso sí que es saber disfrutar la vida. Además, Las Noches del Botánico tiene algo especial. Es imposible no enamorarse de este festival: música de calidad, buen rollo y un entorno precioso, rodeado de árboles, luces cálidas y ese aire de verano que lo hace todo más mágico.

Esta edición, por cierto, viene cargadita de nombres potentes: Van Morrison, Santana, Texas, Kool & The Gang, Beth Gibbons… Una programación que demuestra por qué este ciclo de conciertos se ha convertido en uno de los favoritos de las madrileñas cuando llega el calor.

Si algo dejó claro Roxette es que su legado sigue intacto. Que aunque falte Marie, sus canciones siguen vivas y siguen haciéndonos corearlas hasta quedarnos sin voz. Y que, a veces, la mejor banda sonora para una noche de verano no es nueva, sino la de siempre.

Así que si tienes la oportunidad de vivir una noche así, no lo dudes: coge a tu grupo de amigas, resérvate la noche, canta como si nadie te escuchara y brinda por esos grupos que nunca pasan de moda.