Tonos latte en el pelo o el rubio más cremoso que suaviza las facciones
Si esta primavera quieres renovar tu look sin jugártela demasiado, pídele a tu peluquera un rubio latte. Y prepárate para las preguntas del tipo: “¿Te has hecho algo? ¡Estás guapísima!”. Porque sí, ese es el efecto.

Ya sabes lo que dicen: nueva temporada, nuevo color de pelo. Y si estás pensando en hacerte un cambio sutil pero resultón, apunta este nombre porque lo vas a ver en todas partes: rubio latte. O lo que es lo mismo, el rubio más cremoso, suave y natural que vas a llevar este 2025. ¿La clave de su éxito? No solo es precioso, sino que además ilumina la cara, suaviza las facciones y sienta genial tanto en pieles claras como medias y morenas. Un win-win beauty de manual.
Los tonos latte vienen inspirados (como su nombre indica) en los cafés con leche más instagrameables: una mezcla de tonos beige, dorados y caramelo que dan como resultado un rubio cálido, multidimensional y muy favorecedor. Y no, no hace falta decolorar todo el pelo ni pasarse al platino para unirte a la tendencia. Esta versión de rubio es más amable, más fácil de mantener y, lo mejor, mucho más natural.
¿Qué es exactamente el rubio latte?
Imagina ese café con leche perfecto, cremosito, con espuma y un toque de caramelo por encima. Pues así, pero en versión pelo. El latte blonde es un tono rubio con matices cálidos que puede variar desde un beige clarito hasta un dorado suave o incluso con toques miel. Lo bonito de esta tendencia es que no busca un color plano, sino ese efecto degradado, sutil y lleno de dimensión que da sensación de movimiento y luz.
Este tipo de rubio no borra los rasgos ni endurece como otros tonos más fríos o muy claros. Todo lo contrario: los reflejos cálidos aportan calidez a la cara y dulcifican los gestos, algo que muchas buscamos, sobre todo si nos pasamos el día frente a la pantalla o con la cara de “martes eterno”.
¿Por qué todas lo están pidiendo en la pelu?
Porque es fácil de mantener, queda bien tanto en melenas largas como en cortes bob o midi, y no te obliga a ir cada mes a la peluquería a retocarte raíces. De hecho, muchas coloristas lo están haciendo con técnicas como el balayage o el babylight, que permiten que el crecimiento del pelo se funda de forma natural con el color.
Otra ventaja: este tono se adapta genial a la base natural del pelo. Si tienes una base castaña o rubio oscuro, conseguir el efecto latte es bastante sencillo y no necesitas una decoloración agresiva. Además, al trabajar con tonos cálidos, el pelo se ve más brillante, más sano y con mejor textura.
¿Me quedará bien?
Todo apunta a que sí. Es uno de esos colores comodín que favorecen a prácticamente todos los tonos de piel, pero especialmente a las pieles cálidas, medias o ligeramente doradas. Aporta luz sin contraste excesivo, y al no ser ni demasiado claro ni muy oscuro, es ideal para quienes buscan iluminar la cara sin un cambio radical.
Un extra: queda precioso con bases más oscuras, así que si quieres mantener tu raíz natural y solo añadir dimensión, puedes pedir a tu peluquera unas mechas latte fundidas desde medios a puntas. Sutil, elegante y muy tendencia.
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