Masajes capilares para que estar en casa no te de (demasiados) dolores de cabeza

Aprende cómo hacértelos tú misma. Verás qué gustirrinín. 

Chica haciendo masaje capilar
Chica haciendo masaje capilar / chokja

Estar tantos días en casa empieza a ser cansino, lo sabemos, pero no desesperes o acabarás tirándote de los pelos. Si esta cuarentena te trae de cabeza, mejor... ¡Date un automasaje! Y es que aunque te parezca una tontería, cuidar la salud de tu cabeza y de tu pelotambién es muy importante, más ahora que va a estar 'encerrado' unos días. Así que coge boli y papel, que es el momento de aprender cómo hacértelo.

Desde Leonor Greyl nos enseñan la técnica de este masaje que, realizado dos o tres veces por semana, hará que tu salud capilar mejore muchísimo. ¿Nos ponemos manos a la obra?

LA TÉCNICA CORRECTA:

1. Pon los codos sobre la mesa, inclina la cabeza y coloca una mano a cada lado, con los dedos separados (esta posición favorece el flujo sanguíneo hacia el cuero cabelludo, para una mejor irrigación).

2. Masajea el cuero cabelludo durante 5 minutos con la yema de los dedos y mueve la piel realizando pequeños movimientos circulares. ¿Notas el gustito?

3. Comienza por la nuca y ve subiendo hacia la parte superior de la cabeza.

4. A continuación lava tu cabello de manera normal.

Y ahora... Un masaje para cada necesidad. ¿Cuál va más contigo?

Masaje calmante: antes del lavado, aplica un aceite (por ejemplo el Huile Apaisante de Leonor Greyl) raya a raya sobre el cuero cabelludo seco y masajea durante 5 minutos para fortalecer, descongestionar y calmar.

Masaje anticaída. Antes del lavado, aplica un aceite natural y masajea suavemente durante 5 minutos el cuero cabelludo.

Masaje exprés. Para ahorrar tiempo, el masaje puede realizarse durante la aplicación del champú: aplica una avellana de champú en la parte superior de la cabeza, añade un poco de agua para hacer espuma y ve masajeando el cuero cabelludo ejerciendo una ligera presión con la yema de los dedos. Una vez finalizado, aclara con abundante agua. Esta técnica permite multiplicar por diez el efecto de los activos del champú y destensar las terminaciones nerviosas.

¿El resultado? Un pelazo con más vitalidad, fuerza y brillo.

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