Estas navidades, ni colonias ni pendientes: regala... Un orgasmo

Ya sabes lo que dicen, uno al día, ¡da salud y alegría!

Papá Noel alucina con los pedidos que le llegan
Papá Noel alucina con los pedidos que le llegan / ISTOCK

¿Eres más de Reyes o de Papá Noel? ¿Buscas regalos originales porque, aquí entre nosotras, lo tuyo no es lo convencional? Pues súmate a la tendencia del momento, que (aunque no te lo creas) consiste en regalar juguetes sexuales, pasando totalmente de las tradicionales colonias y de los más que esperados pijamas de ositos. Que sí, que lo más es irse de compras navideñas a un sexshop.

Y queremos que sea así de grande (tu Navidad).
Y queremos que sea así de grande (tu Navidad).

Y no es que lo digamos nosotros, que ya sabes que si te lo contamos es porque hay una evidencia estadística que nos respalda (ejem). La información nos la trae Gleeden, una app que deberías tener en tu móvil sí o sí. Según esta aplicación móvil, los cacharros eróticos están dejando de ser un tabú para pasar a ser comprados y utilizados cada vez con más alegría (ya te lo decíamos al principio de esta noticia).

Estamos hablando de una encuesta llevada a cabo por esta app y ojo con los datos: somos nosotras, las mujeres, las mayores fans de los juguetes sexuales. Es más, ellos prefieren utilizarlos en compañía mientras a nosotras nos da lo mismo solas que acompañadas. Esto te lo contamos mientras se nos viene a la cabeza ese gran momento en el que Mario Casas imita el ruido de un succionador de clítoris durante su visita al programa de David Broncano,La Resistencia. ¿Que no lo has visto? Prepárate para... ¿reír?

Este momento es antológico.
Este momento es antológico.

¿Y sabes a quién regalarlos? Desde Gleeden nos dicen que el 100% de sus usuarios tienen pensado hacer este tipo de regalo a sus amantes para estas fiestas. Y lo van a comprar por Internet.

Y como no todo iban a ser buenas noticias, a pesar del actual boom de los juguetes sexuales y del despertar público de la masturbación femenina, a muchas de nosotras todavía nos da vergüenza decirle a nuestra pareja que nos apetece probar cosas nuevas (esto hay que cambiarlo, chicas).

Resumiendo, está clarísimo que el que no quiera jugar estas navidades será porque no querrá.

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