Hablemos de cuernos...

Se veía venir, si lo hacen ellas, se ve peor... Un estudio lo revela.

La infidelidad, a debate
La infidelidad, a debate / ISTOCK

Para qué vamos a negarlo, haberlos, haylos, como las meigas. No hay más que ver la cantidad de perfiles en ciertas aplicaciones de citas donde, tras una foto de espaldas, una frase intensita o algo de contenido sensual, se especifica que el usuario en cuestión tiene pareja, pero busca un nuevo salseo en su vida. Hala, que somos todos mazo de modernos. Por si no estuviera complicado eso de encontrar a tu media naranja, van los que ya tienen churri y se ponen a hacerte la competencia desleal... ¡Eso debería ser delito castigado con cárcel por lo menos!

Y lo de las infidelidades está extendido entre hombres y mujeres... y viceversa. No hacía falta que una encuesta nos lo confirmara, pero SÍ hay un estudio que revela que si las infieles son ellas está mucho peor visto. Queda patente que hay discriminación de género hasta para poner los cuernos. ¡Qué pesadilla! Desde que a Eva la acusaron de morder la manzana en el paraíso, nuestro destino ha ido de mal en peor. Y Adán... de rositas, claro. Como decía el histriónico Jorge Berrocal de 'Gran Hermano 1': "¿Quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza?, ¿quién?".

Sin embargo, si son ellas las infieles, entonces sí, entonces hacemos de eso un dramón, el apocalipsis, la traición máxima. Incluso muchas de nosotras nos llevamos las manos a la cabeza defendiendo la honra del macho herido. (Ellos, que son más prácticos, prefieren dos palmaditas en plan: "Te has pasado" en la espalda a su colega mientras toman una caña. ¡Mucho mejor!). Parece que tenemos asimilado que debemos aceptar cuernos, pero no ponerlos. Pero la realidad es que los cuernos duelen por igual, son 'genderless', es decir, no tienen género y el sufrimiento tampoco. Así que dejemos de normalizar los de ellos y estigmatizar los de ellas: ENGAÑAR A TU PAREJA ES MAL Y PUNTO. Al rincón de pensar...

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