Tú y yo somos tres. Por Ferran Monegal.

La 1

Quizá lo más embarazoso del Festival de Eurovisión -por lo que a España se refiere- es ese programa que hacen después en TVE-1, y que se viene llamando, tradicionalmente, Destino Eurovisión. Comenzó hace muchos años este espacio post-festivalero. Nació como glorioso remate a la participación española. Era un programa largo. Reunían a cantantes, expertos musicales, productores discográficos, acreditados analistas, críticos de música... Mucha gente en el plató. Celebraban lo bien que había quedado la canción española. Era una fiesta. Pero como que desde 1969 (con Salomé) no se ha vueto a ganar, y desde 1995 (con Anabel Conde) TVE no ha vuelto a conseguir ni siquiera la segunda plaza, este programa se ha quedado en un simulacro incómodo. Como una necrológica disfrazada de falso festejo.