El pacto del mosén

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Meter a un cura cantante en un concurso como La voz (T-5) siempre da buenos resultados. Desde un punto de vista escenográfico es visualmente más potente todavía meter a una monja con hábito, como fue el caso de sor Cristina Scuccia, estrella de la RAI-2 italiana el año pasado. Al acabar sus actuaciones solía invitar a la audiencia a rezar un Padre Nuestro. ¡Ahh! Estos golpes de virtud agradan una barbaridad. El joven mosén que acaba de debutar ahora en Tele 5, que se llama Damián, se presentó con alzacuellos y un corazoncito rojo bordado en su sotana. Eligió como tema musical aquella canción de Robbie Williams titulada precisamente Angels. No le salió una interpretación extraordinaria, pero un cura en el concurso siempre da un plus de vistosidad. El comentario más acertado fue el del jurado Antonio Orozco. Le dijo: «Padre, yo le ayudaré a ganar La voz si usted me ayuda a entrar en el cielo». Y el mosén aceptó. ¡Ahh! Interesante pacto. Piense no obstante el admirado Orozco que por muchas ganas que se tenga de ir al cielo, nadie está dispuesto a morirse para llegar allí cuanto antes. Consuélese recordando aquella deliciosa canción de Gino Paoli titulada Il cielo en una stanza. O sea, sin salir de tu humilde habitación, puedes llegar a estar en la más absoluta gloria celestial.