El increíble salto de la mantis religiosa.

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Los saltos de una mantis religiosa no tienen nada que envidiarle a los que se practican en el circo. El  brinco –desde el despegue, hasta el aterrizaje– dura menos de una décima de segundo, más rápido, incluso, que el parpadeo del ojo humano. Durante el salto, el cuerpo del insecto gira en el aire a una velocidad de alrededor de 2,5 veces por segundo. Y sin embargo, los saltos de la mantis son increíblemente precisos. Jamás fallan el blanco.