Fosas del franquismo en Burgos

MONTE DE ESTÉPAR (FACEBOOK) / VÍDEO: ATLAS

La ley de Memoria Histórica, aprobada en 2007 por el Gobierno Zapatero, fue el primer impulso institucional para dignificar el recuerdo de las víctimas de la Guerra Civil. Ha sido, a lo largo de estos años, un ordenamiento jurídico que ponía énfasis en la recuperación histórica de las víctimas del conflicto, pero que dependía en gran medida de las partidas presupuestarias que se destinaban a tal efecto, con lo cual, con la administración del PP, prácticamente quedó derogada al desaparecer las dotaciones económicas. En este sentido, uno de los puntos más delicados y con más implicaciones emocionales, como el de la abertura de las fosas para identificar a las víctimas, ha estado en manos de particulares y de asociaciones como la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. Por su parte, 12 comunidades autónomas españolas han legislado por su cuenta en distintas normas que han hecho hincapié en la necesidad no solo de recuperar los restos sino también de dar nombre y apellidos a las víctimas. Como escribió el filósofo Walter Benjamin, «es tarea más ardua honrar la memoria de los seres anónimos que la de las personas célebres; la construcción histórica está consagrada a la memoria de los que no tienen nombre».