Joan Herrera conversa con diez lectores de El Periódico

ANAHÍ GALLARDO/ JOAN CORTADELLAS

Esto se mueve y de qué manera, así que se abre una oportunidad para la política en mayúsculas, la que cambia las cosas. Aunque para ello haya que surfear entre lo viejo que no acaba de morir, lo nuevo que no acaba de nacer y lo ultranuevo que hace viejo lo nuevo. Eso sostenía Joan Herrera este martes en el Palau Macaya de la Obra Social de La Caixa, en su encuentro con 10 ciudadanos que, aunque no desaprovecharon la ocasión de expresar su desencanto con los políticos, fueron más indulgentes con él de lo que lo habían sido con Artur Mas, Oriol Junqueras y Pere Navarro sus predecesores en el ciclo Catalunya 2014, que organiza EL PERIÓDICO. Quizá porque a la hora de ajustar cuentas, las facturas pendientes son proporcionales a la cuota de poder ejercido. O por la convicción del copresidente de ICV al proclamar que va en metro, lleva a su hijo a la escuela pública y no vive en la burbuja que aleja de la realidad a muchos de sus colegas. Los de la casta, vamos, como se dice ahora.