Entre Todos: Catalunya vista desde Almaden, Ciudad Real

MARIANO CIEZA / MONICA PELLICCIA

Almadén es un pueblo herido, lastimado. En su fe y en su orgullo. Con apenas 6.000 habitantes (en los años 70 habían sido 15.000), roza el millar de parados. Edificios cerrados a cal y canto en la plaza de la Constitución, enfrente y al lado del ayuntamiento. Carteles de 'se vende' desteñidos por el sol. Almadén languidece desde que en el 2003 cerró la mina de la que se calcula que se extrajo la tercera parte del mercurio que se ha usado en todo el mundo. "Si dicen los catalanes que han sufrido, qué no hemos sufrido nosotros, que le hemos dado a España muchísimo más de lo que nos ha devuelto", clama Siro Ramiro, de 42 años, hijo de minero y empleado en una constructora.