Acústico Gerard Quintana y Jordi Batiste

R. FADRIQUE / M. TUDELA / E. SOTOS

Se conocieron una noche de verano de 1997 en Sant Esteve d'en Bas (Garrotxa). Jordi Batiste acababa de ofrecer el último concierto que dio con el malogrado Ia Clua (como Ia & Batiste) y Gerard Quintana había cantado con músicos de Umpah-Pah. Y pronto, muy pronto, salió a relucir el nombre de Bob Dylan. «Coincidimos en una plaza y estuvimos hablando de las pasiones comunes, y resulta que una de ellas era el trovador de Minnesota. Así que empezamos a pasarnos traducciones que ambos habíamos hecho de sus canciones», relata Quintana. Al poco ya tenían montado un repertorio, se habían ido de gira y grabado un disco. Quince años después, retoman el proyecto añadiendo piezas nuevas que mañana y el sábado vestirán de largo en el Ateneu Barcelonès.