Un policía mata en EEUU a Tamir Rice de 12 años que jugaba con una pistola de plástico.

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La noche de aquel 4 de noviembre, hace ocho años, Candice Fortin se lanzó a las calles de Nueva York y, en una marea humana multirracial como la que se extendía en aquella velada histórica en incontables puntos de EEUU, celebró y lloró, también como tantos otros, lágrimas de alegría. A sus 27 años de entonces, a esta mujer negra no se le escapaba el hito que ella y otros casi 70 millones de personas acababan de marcar en las urnas. Barack Obama había sido elegido presidente. Por primera vez en el país que se levantó sobre el 'pecado original' de la esclavitud y siguió construyéndose sobre la ignominia de una segregación que fue legal hasta hace 52 años, un hombre negro llegaba a la cumbre del poder.