Incendiario recibimiento al Espanyol

JORDI COTRINA

Hubo movilización general entre los seguidores del Espanyol. Se había preparado todo para que el equipo de Sergio González estuviera arropado desde dos horas antes de comenzar el choque. 300 moteros acompañaron al vehículo del equipo hasta el estadio, donde les aguardaba unos 2.000 aficionados que no dejaron de animar a sus jugadores entre bengalas y muchos furgones policiales. El Espanyol iba a jugar el partido más importante de los últimos ocho años. La ilusión y la euforia se habían instalado en Cornellà ante la posibilidad de llegar a su tercera final copera en 16 años. "El corazón me dice que será una noche muy bonita", dijo Joan Collet, el presidente perico, a su llegada al estadio, al que acudieron 34.831 espectadores.