Manifestación de taxistas en el centro de Barcelona

FERRAN NADEU

Menudo es Antonio. Suenan a su alrededor tracas, petardos, cohetes. Y el hombre, que tendrá entre 80 y 85 años, ni se inmuta. No porque tenga problemas de oído, sino porque ha vivido ya mucho como para alterarse con según qué cosas. Lo que sí tiene son problemas de vista. Y por eso está en Barcelona desde el lunes: este miércoles tiene visita en la Clínica Barraquer. Viajó desde Lepe con una reducida comitiva familiar, formada por su esposa y su hija. Dice que le encanta esta ciudad.