El botellón en el Turó Park indigna a los vecinos

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El botellón en Barcelona es una plaza de Gràcia repleta de jóvenes con latas de cerveza, alguna guitarra y conversaciones animadas. Viene a la cabeza Ciutat Vella, aunque algo menos, quizás porque los problemas de seguridad mitigan aquí esta práctica tan normalizada como ilegal. Habrá quien piense en la playa, con toallas y destilados bajo la luz de la luna y al compás del somnoliento vaivén de las olas. En una ciudad tan repleta de estigmas -también en materia de ocio nocturno, tanto el sano como el desfasado- se hace raro imaginar que el Turó Park esté experimentando uno de los sarpullidos de consumo callejero de alcohol más salvajes de los últimos tiempos, con escenas más propias, dicen los vecinos, de un polígono del extrarradio que de un barrio residencial.