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La policía puede aliviar los síntomas, pero no cura la enfermedad de Barcelona. Así lo sienten los vecinos de la Barceloneta, tras la noche del miércoles con patrullaje reforzado y que transcurrió con calma pero que los afectados observan como un parche de efecto efímero. Las entidades vecinales tienen claro que el barrio marinero necesita un plan de choque, integral, para dar un giro al actual modelo turístico low cost que ha puesto en jaque la convivencia. Reclaman una actuación decidida por parte del ayuntamiento, que incluiría, entre otras, una oleada de inspecciones masivas en los edificios para determinar el volumen de la oferta ilegal de pisos turísticos, la erradicación mediante sanciones y cierres de esta, la reintroducción de estos cientos de viviendas en el parque de alquiler tradicional de la zona, la limitación del monocultivo comercial destinado al turismo de baja calidad y la promoción de un turismo de más calidad, centrado en la historia, la cultura y la gastronomía popular del barrio. Para poner altavoz a sus quejas, cientos de afectados volvieron a salir anoche a la calle.