LA NUEVA MOVILIDAD

Jorge Ordás: "Los patinetes son más inestables y menos visibles que las bicicletas"

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Manuel Vilaseró

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Sin que la Dirección General de Tráfico haya podido aprobar aún el real decreto que deberá empezar a poner un poco de orden al caos actual, expulsando a los patinetes eléctricos de las aceras, desde Barcelona se le reclama que vaya más allá y obligue a matricularlos y a contratar un seguro. El Gobierno está en funciones desde abril pero la realidad no se detiene. Jorge Ordás, subdirector general de Gestión de la Movilidad de la DGT, aclara los detalles y las razones de la ofensiva normativa que prepara su departamento.  

-Hace tiempo que anunciaron que pensaban hacer que el seguro fuera obligatorio, pero más adelante, sin precisar fecha.

-Cierto. Al igual que el casco y el chaleco reflectante. No sería sensato dar una fecha porque estos cambios son de calado y requieren la modificación de otros reales decretos e incluso leyes. En cuanto se constituya el Gobierno, vamos a empezar por el decreto que da entidad jurídica a estos vehículos y regula los aspectos más básicos. En una segunda fase abordaremos esas tres cuestiones.

-¿Cómo será el seguro?

-Puede estar en la línea de los seguros que se están exigiendo a las empresas de patinete compartido o de los que ofrecen algunas compañías. Un seguro obligatorio por los daños que se pueden causar, independientemente de que cada uno quiera asegurarse también los daños que se producen en la propia persona. Pero estamos en fase de estudio, con conversaciones abiertas con el sector de los seguros.

-¿Por qué el casco?

-El casco es un elemento fundamental a la hora de proteger la cabeza. Sabemos que las peores lesiones vienen derivadas de golpes en la cabeza. Aunque ahora no sea obligatorio, lo recomendamos vivamente, al igual que el chaleco reflectante.

-¿Las tres obligaciones serán de aplicación en las bicicletas?

-No. Son vehículos diferentes.

-La asociaciones de usuarios de vehículos de movilidad personal sostienen que deberían ser tratados igual que los ciclistas.

-Pueden  parecer similares a las bicicletas, pero la realidad es que, cuando este tema lo tratas con laboratorios industriales, se ve claramente que hay varios elementos diferenciadores. El más relevante es el tamaño la rueda. Son vehículos mucho más inestables y con un par de frenado que con ese tamaño de rueda impediría parar en condiciones de seguridad. Por eso en el primer decreto pondremos limitaciones de velocidad y vetaremos que circulen por las vías interurbanas. El tamaño de la rueda haría que cualquier defecto en la carretera tuviera un final catastrófico. También son menos visibles y algo más vulnerables que las bicicletas, de ahí el chaleco y el casco.   

 -¿También son más peligrosas para los peatones?

-El principal problema es que estos vehículos están circulando en mucho casos por la acera. Es la queja que más nos llega. Es un vehículo poco ruidoso, lo que es bueno desde el punto de vista de la contaminación sonora, pero que hace más difícil la convivencia con el peatón. Por eso, al considerarlos vehículos, en el primer decreto los sacaremos de la acera, lo que será positivo para pacificar las ciudades.

-La matriculación parece necesaria para que las policías municipales e incluso los ciudadanos puedan denunciar a los que incumplen esta norma.

-Técnicamente es complejo. Además, son vehículos de vida muy corta. En principio, pensamos que basta con las medidas previstas, pero si hay municipios como el de Barcelona que lo piden, escucharemos lo que nos planteen.

-Tampoco se les da una alternativa, porque luego no pueden circular por la calles normales. Solo por los carriles bici y por calles muy específicas.

-Estos aspectos ya los tendrán que regular por ordenanza los ayuntamientos, esto no es nuestra competencia. Madrid y Barcelona ya lo han hecho. Es una labor de los municipios extender cada vez más las redes de vías segregadas, donde se separan los coches de bicicletas y vehículos de movilidad personal.