Prueben una 'ratomaquia' con políticos

FERRAN MONEGAL

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Tocados y hundidos. Caras de circunstancias. Aburrimiento. Grima. Gran hermano 18 (Tele 5) se ha ido envuelto en una tristeza infinita. Han acelerado su cierre. Tú dirás. Las audiencias han sido pobrísimas para un tinglado de estas características. Al final de la gala, Jorge Javier Vázquez, forzando una sonrisa que no acababa de salirle, se despidió diciendo: «Es muy sencillo, muchas gracias». Y fin. ¡Ah! No, no era sencillo. Trago amargo para presentador tan acostumbrado al éxito del Sálvame y el Deluxe.

Ganó el uruguayo <b>Hugo</b>, exjugador de baloncesto hoy reconvertido en modelo, entrenador personal y ahora aspirante a estrellita televisiva por la vía ratonil de Guadalix. La verdad es que, en esta edición, su triunfo tendrá una repercusión mediática escasísima. A nuestro canario flauta Papitu quien le gustaba es Yangyang, concursante china, residente en Lanzarote. En la jaula contó parte de su vida. Una vida dura, víctima de un matrimonio de conveniencia, y ahora sola y con dos hijos. A pesar de estos surcos, profundos, Yangyang recibió el sobrenombre de La mujer de la eterna sonrisa. Y en mitad del concurso, un día, de pronto, perdió un diente de tanto reírse. ¡Ahh! También es mala pata, sí. Concluyendo: esta ratomàquia parece que va a ser la última.

El experimento sociológico ya no da más leña para la estufa. Les queda, eso sí, un nuevo experimento: la ratomaquia con políticos. Triunfarían. El otro día, en El intermedio, vimos cómo bailaba salsa Carles Campuzano (PDECat) con Thais Villas, y Rafael Hernando (PP) con Irene Montero (Podemos), una bachata muy descosida.

Ahora que los políticos ya han aprendido el lenguaje del show televisivo, unas semanas de edredoning todos juntos encerrados en Guadalix tendría sentido. Los políticos, al fin y al cabo, han transformado la política en un reality show continuo.

PEPE SACRISTÁN.- Por primera vez en sus 80 años, Pepe Sacristán pisó El hormiguero (Antena 3 TV). ¡Ahh! Este programa, de tanto éxito, por el que desfilan intérpretes continuamente, a Sacristán -uno de los 25 mejores actores del mundo, según el American Film Institute- no le habían invitado nunca. Celebremos la efeméride. Aplaudamos. Pero me temo que si no estuviera protagonizando estos días la serie Tiempos de guerra, en la misma A-3 TV, quizá seguiría ignorado por las hormigas.