APUESTA ROMPEDORA

'La zona', una serie que hará historia

Los hermanos Jorge y Alberto Sánchez-Cabezudo hablan sobre la ambiciosa producción que este viernes estrena Movistar+

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Juan Manuel Freire / Barcelona

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'La zona', nueva serie original de Movistar+, marca un punto de inflexión en la ficción televisiva hecha aquí. Es una serie de inusual delicadeza de matiz, adulta, tensa pero paciente, y que confía en la capacidad de las imágenes para contar cosas. Es un 'thriller' bien armado a la vez que un drama humano, pero un drama creíble, sin subrayados musicales ni épica de sobremesa. Es –en definitiva– esa clase de serie que muchos amantes de la narrativa serializada queríamos ver hecha aquí algún día. Desde mañana, viernes, estará disponible en VOD y cada jueves habrá nuevo episodio en #0.

Serán ocho en total, siguiendo la tendencia de temporadas breves que puso de moda la tele británica y a la que HBO se sumó a conciencia con la primera temporada de 'True detective'. Como aquella, 'La zona' cuenta con un único director, Jorge Sánchez-Cabezudo, cocreador y coproductor junto a su hermano Alberto; la pareja detrás de la interesante pero menos fluida a nivel de diálogo 'Crematorio'.

El título hace referencia a la Zona de Exclusión establecida en torno a una central nuclear del norte de España después de la explosión de un reactor. Del primer grupo que acudió en socorro solo salió con vida el inspector Héctor Uría (Eduard Sánchez), quien, tocado por el sentimiento de culpa por sobrevivir y arrastrando una tragedia familiar, regresa a la actividad para investigar la aparición de un cadáver en la Zona.

La génesis del proyecto se remonta a los tiempos de 'Crematorio', pero la realidad puso piedras en la rueda. "Mientras estábamos en el proceso inicial de desarrollo, sucedió el accidente de Fukushima y eso nos obligó a parar el tema; nos daba un pudor increíble", explica Alberto Sánchez-Cabezudo en el marco del festival de Sitges, en el que la serie tuvo su estreno mundial. "Dos años después, empezamos a leer cosas sobre la central nuclear japonesa que ya no salían en los telediarios; historias más cotidianas que nos animaron a rescatar el tema. En ese momento apareció Movistar, presentamos el proyecto, les gustó y empezamos a desarrollarlo".

Hacia la excelencia y más allá

Una triada de proyectos como 'La zona', 'La peste' y 'Vergüenza' habla de Movistar+ como marca dispuesta a escapar de inercias. El año pasado Juan Cavestany, cocreador de la tercera, promisoria comedia sobre incomodidades sociales, nos contaba en estas páginas que la única exigencia había sido que la serie "no se pareciera a nada de lo que ya hay". En términos parecidos hablan los Sánchez-Cabezudo, quienes fueron animados a ir más allá en sus ideas más atrevidas: "Todo lo que les llevábamos les gustaba –explica Alberto–, pero nos solían decir si podríamos ir más allá. Eso te obligaba a desafiarte a ti mismo, te exigía hacerlo mejor". Algo habrán hecho bien: ya está en fase de escritura la segunda temporada.

Desde los días de 'Desaparecida', en la que Jorge participó como director, la factura de las series españolas ha ido mejorando a grandes zancadas. ¿Pero por qué casi siempre hay servidumbres y no se confía más en la inteligencia o paciencia del espectador? "No son servidumbres", advierte Jorge. "Es que lo paga la publicidad y tienes que abarcar a un público muy amplio". Alberto señala: "Lo que faltaba aquí era esa pata del canal de pago que en Europa ya existe y lleva muchos años funcionando".

Cada vida importa

Gracias a esa pata camina 'La zona'. Y camina sin prisa, introduciendo al espectador en la acción de forma gradual en lugar de atiborrarlo de explicaciones en la primera hora. "No querían que contásemos todo en el primer capítulo", explica Jorge. "Es una narración más novelística, en la que hay personajes principales que no aparecen hasta capítulos después. El grueso de nuestros personajes no está a pleno funcionamiento hasta el capítulo cinco". Entre ellos, la médico militar encarnada por Alejandra Jiménez; la mujer de Héctor, a la que da vida Emma Suárez, o un antiguo constructor de la zona con el rostro de Juan Echanove. 

Cuesta destacar solo algunos personajes adicionales: como en las de David Simon, en esta serie hasta la presencia más secundaria se toma en serio y se humaniza. "La creación de un personaje –explica Jorge– va de la escritura a la elección del actor. Que ese texto tenga una cara, un alma… Ese es nuestro trabajo, básicamente. Hay textos especiales dichos por actores que salen en una secuencia de dos minutos".