ENTREVISTA EN 'TELETODO'

Fernando Guallar: "Mi físico es solo una herramienta más"

El actor debuta con un papel protagonista en 'Velvet colección', en Movistar+, donde interpreta al hijo de una familia burguesa

FERNANDO GUALLAR

FERNANDO GUALLAR / periodico

Olga Lerín / Barcelona

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Ante su primer papel protagonista, en la serie de Movistar+ 'Velvet colección', Fernando Guallar (Córdoba, 1989) anda con pies de plomo. No quiere que se le suban los humos, aunque, eso sí, el guapo lo tiene subido. De un personaje con cierta relevancia en 'Amar es para siempre''Amar es para siempre' (Gonzalo, el barman del King’s Road Club), en Antena 3, ha pasado a ejercer de guapo de la historia. El  glamur y las vicisitudes de las Galerías Velvet ponen el resto.

Su personaje, Sergio Godó, no forma parte de los malos de la serie. No, para nada. Todo lo contrario. Sergio Godó es muy buena persona. No le veo ningún ápice de maldad.

Pero sí de los guapos. Ahora que no está Miguel Ángel Silvestre [Alberto], la competencia va a ser menor... Ja, ja, ja… Eso lo tendrán que decir otros, la verdad. Sergio se presenta como el nuevo galán, pero no se crea, hay algún fichaje, como  Ignacio Montes [interpreta al hijo de Pedro], que me parece un actor muy atractivo. Yo no veo a Sergio como el sustituto de Alberto, porque son personajes muy diferentes. El punto de partida es completamente distinto. Sergio es el nuevo galán, pero no el típico galán. No se presenta como un triunfador guaperas. 

¿Y no le molesta que le cuelguen esa etiqueta a su personaje? Puede imponer un poco, porque es mi primer papel protagonista. Vengo de un personaje secundario en 'Amar es para siempre', que no se presentaba nunca como un galán, y era muy diferente. Ahí estoy yo viendo un poquito qué significa ser un galán. Sergio es un seductor, muy elegante, que atrae también por su entereza. Alberto era más pasión y Sergio es más frío.

¿Qué piensa cuando le dicen que es el "pibón definitivo"? No me lo creo. ¡Por Dios, el pibón definitivo...! Mis amigos se rieron de mí durante un mes. Yo intento mantenerme al margen de estas cosas que se dicen, que no son santo de mi devoción. Mi físico es solo una herramienta más. No me veo como el pibón definitivo, porque siempre hay un pibón más que tú [ríe]. 

¿Cómo definiría a Sergio? Lo vamos a ir conociendo muy poquito a poco, porque la presentación del personaje se produce en un momento muy caótico de su vida. Empieza con un dramón, un momento en el que está absolutamente desorientado: ni él mismo sabe muy bien cómo reacionar a según qué cosas. Es un hombre que se protege bastante y de buenas a primeras no te lo da todo. Tiene que ir ganando confianza para mostrar realmente cómo es. 

¿Va a ser el elemento de discordia en alguna de las parejas ya formadas? ¡Por supuesto! ¡Esto es 'Velvet'! Hay un par de triángulos amorosos bastante potentes y Sergio se verá involucrado en ellos.  

Los Godó son una familia muy conocida en Catalunya. ¿Hay algún paralelismo con la realidad? No se ha buscado. Sí es verdad que se ha escogido un apellido muy potente y se retrata a una familia de la alta sociedad catalana, poderosa y con mucho dinero, con una buena guerra montada entre sus miembros. Obviamente, hay referencias, pero el nombre no se ha elegido por un tema biográfico. Como actor,  me fascina ese mundo de la familia.

O sea, a usted le cae el primer papel protagonista y, encima, este es un tipo con pasta… Sí. Es bonito crear un personaje poderoso, aunque Sergio es tremendamente humilde. Hasta se podría admirar el hecho de cómo maneja las influencias, el poder y el dinero, y lo bien que lo hace. Su humildad no va acompañada de ningún tipo de arrogancia o soberbia, que en otros miembros del clan sí se verá.

Es bonito crear un personaje poderoso, aunque Sergio es muy humilde"

Imanol Arias [interpreta al patriarca] dijo que intentaría introducir palabras en catalán para hacer el personaje más creíble. ¿Usted ha hecho lo mismo? Yo soy muy fanático de Barcelona y paso muchas temporadas. En los ensayos, Imanol y yo nos atrevimos a introducir algunas expresiones. Yo he vivido muchos años en Valencia e Imanol me decía que yo tenía alguna expresión que le gustaba… Pero el acento murió en el capítulo uno, porque había que crear un mundo muy en consonancia entre los cinco miembros de la familia y mis hermanos aún no estaban fichados, Adriana Ozores llegaba más tarde... Era muy complicado empezar de manera homogénea. 

Se ha metido en una serie con historia y llena de actores veteranos. ¿Cómo lo afronta? Sinceramente, lo he manejado desde un sitio muy humilde y con muchas ganas. Es un regalo, porque yo salí hace un año de la escuela de interpretación. Y ahora estoy aquí trabajando con unos actores que me dan tanto… Me dejo llevar mucho, me nutro mucho de ellos. Tanto Aitana [Sánchez-Gijón], como Adriana e Imanol me han tratado con mucho cariño y han sido conscientes en algunos momentos de que es mi primer papel protagonista. Me han ayudado mucho.

¿Qué le han enseñado? Me han dado mucha seguridad y me han explicado los trucos que tienen en el rodaje. De Imanol y Adriana me quedo con la seguridad en el momento de dar al "¡Acción!", y de Aitana, con la paz y la tranquilidad con la que se pone a trabajar. En la profesionalidad y el cariño que utilizan con los integrantes del equipo reside el éxito. Ese trato y ese mimo me han gustado mucho. Imanol tiene unas herramientas… Le agradezco cómo me ha apadrinado, en algún sentido, desde el principio. Siempre que ve algo, me da consejos o me felicita. Me dice que soy muy perfeccionista.

¿Se identifica con la época que retrata 'Velvet colección', finales de los años 60 y principios de los 70? No mucho. Mi personaje en Amar... era del 68 y estaba bastante metido ahí. Pero 'Amar...' y 'Velvet colección' son dos mundos diferentes. No estoy muy identificado, pero no me importaría haberlo estado, porque es una época bonita. Es el principio del fin de la represión y la dictadura, los jóvenes empezaban a movilizarse... y eso me atrae mucho. Toda la etapa política que en ambas series no aparece es muy interesante. 

Y a nivel estético, ¿no comulga con esos años? Sergio está bastante acotado. Es un hombre muy pulcro y siempre va de punta en blanco, con traje. Vive más ajeno al universo de la moda. Es verdad que gestionará algunas cosas de las campañas de las galerías. Yo no he sido nunca muy presumido, pero sí me gusta probarme ropa nueva. No soy muy fan de todo este mundo. 

Se habrá visto obligado a hacer un máster acelerado en la serie… Desde luego, no me ha quedado otra. Cuando me veo seleccionando minifaldas y bikinis, pienso: "¡Madre mía, por Dios!, quién me ha visto y quién me ve…".

¿Se siente incómodo enfundado en esos trajes? No, me ayuda mucho a construir el personaje. Es una herramienta más para crear a Sergio.

Imanol, Adriana y Aitana me han dado seguridad y me han explicado trucos del rodaje"

¿Había visto 'Velvet' cuando le ficharon? Sí, pero no de una manera regular. Como actor siempre veo qué productos hay y qué triunfa. 

¿Qué es lo que más le gusta? Sinceramente, creo que Teresa [Fernández-Valdés] y Ramon [Campos], productores de Bambú, han conseguido crear un universo muy seductor, desde todo lo estético hasta todas las tramas de amor, con las que la gente enseguida se siente identificada. Aunque 'Velvet colección' da un paso más. La esencia es la misma, pero es una serie diferente. Toda mi trama familiar es nueva, habrá cosas oscuras y no es todo tan luminoso. Sergio no es un tío exitoso, estamos viendo más a un antihéore.  

¿Se imaginó en algún momento que llegaría hasta aquí? No, y me lo comentaba mucha gente: "Tú tienes que estar en 'Velvet'. Y yo decía: "¡Por Dios, qué va!". Pero es que yo estaba estudiando. Hice Arquitectura en València, pero lo simultaneé cuatro años con la escuela de interpretación. Acabé la carrera y me quedaba el proyecto, que he compaginado con Amar... Me he licenciado este año. Estoy muy contento.

¿No le gustaría dedicarse a la Arquitectura? Ejercerla, no. Es una profesión muy bella y tiene que haber detrás  mucha pasión, como en la interpretación. Pero a los 18 años escogí esa carrera para tener una, como me decía mi familia. Valoro mucho los consejos que me dieron, pero yo soy un apasionado de esto. Cuando me dejan interpretar, soy muy feliz. 

¿De dónde le viene esa vena artística? De familia, no... No. Soy de una familia de ingenieros y médicos. Siempre ha estado ahí. Yo era un niño muy juguetón y risueño. Tengo recuerdos de cómo jugaba a ser… Montaba mundos  en mi habitación con los muñecos. Tenía un imaginario muy potente. A los 8 años ya empecé a hacer teatro en el colegio Estilo de Madrid.

Para 'Amar...' tuvo que hacer seis o siete pruebas. ¿El camino para 'Velvet...' ha sido más fácil? Fue más directo, porque las pruebas para 'Amar...' fueron para diferentes personajes y las hice bastantes veces. No encajaba, porque además era un absoluto desconocido. Pero yo estaba muy contento, porque siempre llegaba a la final. "Saldrá", pensaba. El director de la serie, Eduardo Casanova, se portó muy bien conmigo y al final me llamaron. Fue una sorpresa absoluta. Tenían tantos castings míos que no hizo falta repetirlo. En 'Velvet...' el proceso fue más corto. Hice la primera prueba y al mes ya me llamaron. Hice la segunda, y al mes y medio ya estaba cerrado. Fue más sorprendente. No me lo esperaba.

¿Compaginó ambos rodajes? Durante tres semanas. He de reconocer que fue caótico para mí, porque fue complicadísimo gestionar las cosas. Dormí muy poquito. De hecho, estaba un poco preocupado, porque era la despedida de 'Amar...' y la bienvenida a 'Velvet...', y yo me sentía agotado. Dormía cuatro horas al día y no daba más de mí. 

¿Qué le debe a la serie de A-3? Mucho: un voto de confianza my grande por parte de la serie, la productora [Diagonal TV] y Antena 3. Se apuesta poco por caras poco conocidas, y creo que se debería hacer más. Ellos apostaron por mí, me dieron un papel y yo les devolví mucho cariño. Quise que estuvieran orgullosos de la elección que hicieron. La verdad es que he aprendido muchísimo, ha sido un máster de interpretación absoluto. Cuando me salió 'Velvet...' tendría que haber visto las caras de alegría cuando les conté que me habían fichado.

Habrá vivido muchas anécdotas en el rodaje de 'Velvet...' Un día que granizó mucho en Madrid se nos cayó parte del plató y de los camerinos. Me llamaron y cuando llegué me dijeron: "Te vuelves, porque tenemos un problema gordo". Al día siguiente ya estaba todo arreglado. Fue un caos.

¿Atribuible solo a este hecho que cuenta? No. A veces, de repente, se metían secuencias, se cambiaba una orden..., pero es que este mundo es así. Hay muchos filtros, se quieren cambiar cosas y hay mucha gente opinando. Es normal. 

¿Cree que este es el momento definitivo del despegue de Fernando Guallar? No, porque queda mucho por hacer, como teatro, que me apetece mucho, porque disfruto en ese código. Estar de protagonista en 'Velvet...' te da cierta repercusión, pero quiero también buscar cine, del que soy un fanático. Me gustaría mucho hacer un cine comprometido, desde la verdad y muy actual.

Llegó a hacer pruebas para una película estadounidense. Sí, pero no para españolas. He hecho alguna prueba para el extranjero, porque hablo alemán, inglés, francés... No quiero ir a EEUU: no es una de mis metas ahora mismo. El cine europeo me encanta.

Yo era un niño muy juguetón. Montaba mundos en mi habitación con los muñecos"

¿Qué filme era? 'El consejero', de Ridley Scott, pero no salió. Estaba claro desde el principio, y lo asumes. Te quitas tanta exigencia y presión que haces unas pruebas maravillosas. Era el 2012, acababa de empezar. En el reparto estaban Javier Bardem, Penélope Cruz, Michael Fassbender… 

¿A estas alturas, no se habrá cansado ya de la televisión? No, para nada. Se están haciendo cosas maravillosas y hay que seguir arriesgando mucho. Pero estoy agotado físicamente, porque llevo un año sin parar. El ritmo de trabajo de 'Amar...' era una barbaridad. Vives por y para... Ya le decía que lo he notado mucho en el sueño. Me conformo con dormir seis horas, pero eso se arrastra. Para actuar hay que estar muy activo y descansar. 

Y usted, ¿qué ve en la tele? Veo algo de todo, pero me engancho poco: solo a 'La casa de papel', 'Bajo sospecha', 'Vis a vis'… Soy fan absoluto de las series de HBO, porque arriesgan y aciertan. Hablo de muchas producciones, como 'The handmaid’s tale' 'Juego de tronos', de la que cada semana en el rodaje comentábamos el nuevo capítulo, porque había muchos fans. Y ahora tengo muchas ganas de seguir 'Matadero', en Antena 3, y lo nuevo de las plataformas de pago. Ahí van a salir cosas chulas.

Pronto le veremos en 'La catedral del mar…' Ese es un regalito que me ha hecho Diagonal TV. Probablemente, ni se me reconocerá. Estuve inmerso en la fase de 'casting' y había un personaje que me encantaba, un noble epiléptico, que en la época estaba asociado a la brujería. Era un villano absoluto… Hice dos o tres pruebas, pero me llamaron para 'Amar...' A título de regalito me pidieron hacer un guardia real. Me pusieron una barba postiza maravillosa.