LA GUERRA CIVIL EN LAS ONDAS

La radio, arma de propaganda

QUEIPO DE LLANO

QUEIPO DE LLANO / periodico

EMILI PRADO / BARCELONA

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La radio jugó un rol central en la guerra civil. El lector debe hacer el esfuerzo de imaginarse un mundo sin televisión, sin internet y sin redes sociales. La radio era el gran medio de comunicación de masas que conectaba con todas las capas de la población, dado que no requería una alfabetización. Nacida con la inauguración de EAJ-1 Ràdio Barcelona el 14 de noviembre de 1924, la radiodifusión ya estaba consolidada en España cuando el General Franco promovió el alzamiento del Ejército contra la República legítimamente constituida. En los casi 12 años de vida que tenía el 18 de julio de 1936, la radio ya había tenido intensas experiencias. Había conocido la censura de la dictadura del General Primo de Rivera y había dado la bienvenida a las libertades con el advenimiento de la República, proclamada el 14 de Abril de 1931 desde los micrófonos.

En Catalunya, más que en ningún otro lugar, la radio maduró como instrumento de la política. Con motivo de los hechos de octubre de 1934, que tuvieron su punto álgido con la proclamación del Estat Català hecha el día 6 desde los micrófonos por el presidente Companys, se mostró todo el potencial de la radio para conseguir la coordinación en situaciones revolucionarias a falta de otros instrumentos estructurantes.

Con todo, cuando se produce el Alzamiento, todos los actores conocían la importancia de la radio. Franco era plenamente consciente y el mismo 18 de julio utilizó Radio Tenerife para dirigirse "a cuantos sentís el santo amor a España" y pedirles su apoyo contra el caos, la anarquía, el marxismo, el separatismo y los agentes extranjeros o estranjerizantes, enunciando los elementos sobre los que se articularía sistemáticamente la propaganda del bando nacional.

EN MANOS PRIVADAS

Hay que puntualizar que la radio española estaba en manos de la iniciativa privada y no contaba con un potente y centralizado servicio público de radiodifusión. En consecuencia, quien controlaba una de las grandes emisoras tenía la oportunidad de llegar prácticamente a todo el territorio. Los insurrectos lo sabían y tenían como prioridad el control de la emisora de radio de cada espacio que conquistaban. En el primer compás de la insurrección, la mayoría de grandes emisoras quedaron en territorio leal a la República, pero los facciosos se hicieron con el control de Radio Sevilla el mismo 18 de julio y desde allí inundaron el éter español con las arengas del general Queipo de Llano, que se convirtió en estrella de la propaganda de guerra.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"En el territorio leal","text":"\u00a0a la Rep\u00fablica, muchas emisoras quedaron bajo el control del comit\u00e9 de trabajadores"}}El uso de la radio fue norma para los dos bandos contendientes. En el territorio leal a la República, muchas emisoras quedaron bajo el control del comité de trabajadores o con otras fórmulas y, a pesar de poner sus micrófonos al servicio de las autoridades legítimas, no respondían de forma orgánica a una acción comunicativa diseñada. En una primera fase, las emisoras dieron la voz a las autoridades, pero también a los sindicatos y todos los grupos políticos antifascistas. Unión Radio Madrid se convirtió en punto de referencia para las informaciones gubernamentales, pero la programación estaba abierta a todos los actores y desde sus micrófonos se acuñó el mítico eslogan "no pasarán", en labios de La Pasionaria. Esta libertad de acceso, combinada con la falta de un discurso único y pautado, se revelaría como un hándicap en la eficiencia del uso de la radio como instrumento de guerra por parte de los republicanos.

MANIOBRA DE COMPANYS

En Catalunya, el presidente Companys, después de la experiencia en los hechos de Octubre, decretó la apropiación por parte de la Generalitat de las dos emisoras barcelonesas el 29 de julio. Más tarde revertirá la propiedad manteniendo el control. Esta medida no eliminó del todo, pero apaciguó, el desenfreno informativo del bando republicano.

Por el contrario, en el bando nacional el uso de la radio respondía a un plan predeterminado, consistente en poner bajo control de la Oficina de Prensa y Propaganda todas las emisoras que van conquistando y en crear Radio Nacional de España en Salamanca. Formalizaron los partes de guerra como pieza clave de la propaganda, declamados por Fernando Fernández de Córdoba, destinados a dar moral a los combatientes y la población afín y minar la moral del adversario en el frente y el ánimo de la población civil. Organizaron, desde el minuto cero, el Servicio de Escucha, que recogía sistemáticamente toda la información emitida por las emisoras de la zona republicana, no únicamente sobre el frente, sino sobre la vida cotidiana en la retaguardia, los enfrentamientos políticos, las críticas al Gobierno y las penurias de la población civil. 

ESTILO PUNZANTE

Queipo de Llano utilizaba estas informaciones como dardos y las usaba para su discurso con un estilo punzante, abiertamente grosero, relleno de insultos a las autoridades republicanas, los rojos, los catalanes ..., pero de una gran efectividad, porque se nutría de informaciones que le permitían jugar con referencias a la realidad que eran ciertas para la población que le escuchaba desde las zonas fieles a la República.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"El medio jug\u00f3\u00a0","text":"un papel central para la poblaci\u00f3n civil, tambi\u00e9n como herramienta de informaci\u00f3n pr\u00e1ctica sobre los suministros"}}

La radio jugó un papel central para la población civil, también como herramienta de información práctica sobre los suministros, la advertencia sobre los bombardeos o para poner en contacto familiares que habían quedado separados. Todo ello hacía que todo el mundo escuchase la radio de forma continua hasta el final de la guerra. El último parte de guerra resuena aún en la cabeza de los supervivientes: "En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado". Con él se abría un periodo de control férreo tanto para la radio como para la ciudadanía: la larga noche de la dictadura.

Se puede decir que la radio española fue la primera en experimentar con la política de masas y con el uso de este medio como herramienta para la propaganda política, antes de que los nazis, en Alemania, y los fascistas, en Italia, desarrollaran todo su potencial, a partir de 1933. Igualmente, fue el laboratorio del uso como arma de guerra que lograría la perfección en la segunda guerra mundial.

*Emili Prado. Catedrático de Comunicació Audiovisual i Publicitat de la Universitat Autònoma de Barcelona