Imanol Arias: "En esta crisis, Antonio ahorraría muchísimo"

El actor de 'Cuéntame' se toma con filosofía la crueldad con que trataron las redes sociales su retransmisión de las campanadas de Nochevieja

Imanol Arias

Imanol Arias / periodico

JUAN CARLOS ROSADO / Madrid

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Imanol Arias (Riaño, León, 1956) se le ve cada vez más maduro de vuelta de casi todo. El protagonista de 'Cuéntame...' se toma con filosofía la crueldad con que trataron las redes sociales su polémica aparición en las campanadas de Nochevieja, pero arremete con saña contra todo lo que huela a política y periodismo tradicionales.

--¿Se le ha hecho larga la espera? 

--La verdad es que teníamos muchas ganas de estrenar, porque es el primer año que rodamos sin referencias. Normalmente rodábamos, y ya en septiembre teníamos los índices de audiencia. Pero nos hemos dado cuenta de que eso también te hace estar en tensión. Ha sido un cambio interesante. Antes era muy cómodo, porque con esas referencias ibas viendo la lectura que hacía el espectador. Incluso cambiábamos cosas sobre la marcha y volvíamos a rodar escenas. Este año ha sido mas creativo.

--¿Qué Antonio Alcántara nos encontraremos esta temporada? 

--Yo tengo siempre la tentación de protegerle un poco más, porque Antonio es mi padre y el de todos. Pero es verdad que no hace falta cubrirle con todas las capas. Este año tiene que aceptar la vuelta al barrio y descubre que del piso para abajo el barrio es maravilloso: el bistró, el videoclub, su tienda de banderas...

--¿Y del piso para arriba? 

--Cree que los enemigos están precisamente ahí, porque se produce una circunstancia que afecta al barrio con el tema de la colza. Él no ha aprendido a apreciar que la gente le quiere a pesar de ser un poco estirado. El pasado le cobra facturas y le paga facturas. Y se va a encontrar con dos momentos que van a definir mucho el personaje...

--¿Ha visto en peligro la continuidad de la serie por los problemas económicos? 

--No hemos sentido la angustia de otras series, porque nosotros estábamos trabajando. El esfuerzo lo hace la persona que asume la financiación, el que hace la inversión sin respaldo. Pero esto está afectando a todas las cadenas: hay productos estupendos en ellas que están esperando momentos publicitarios mejores. TVE tiene que esperar a que se produzca su gasto, Antena 3 TV tiene que aguardar a tener más publicidad para sacar alguna novedad, como una novela de un éxito brutal [por 'El tiempo entre costuras']. Y en TV-3 pasa lo mismo.

--¿Por qué dicen ustedes que esta serie debe estar siempre en TVE? 

--La televisión pública no tiene que competir, pero tiene una obligación. Esta serie se nutre de todo el material histórico de TVE, y no se podría hacer igual en otra cadena. 'Cuéntame...' ha provocado que en la tele haya ahora una serie de los años en los que empezamos nosotros, incluso con los mismos muebles. Nuestro modelo no solo ha estado en la gala de inauguración de los Juegos Olímpicos y ha sido vendida internacionalmente, sino que ha creado un formato televisivo.

--¿Las series como 'Cuéntame...' son un bien cultural? 

--Cuando digo eso me pegan muchos palos porque dicen que somos artistas nada más. Pero creo que sí, que la ficción, como la novela, genera un bien cultural sin darle a esa palabra una dimensión exagerada. El Reina Sofía es el Reina Sofía.

--¿Le ha sorprendido la que se ha armado en internet con su aparición en las campanadas de TVE? 

--No me ha sorprendido, porque las redes sociales son un elemento muy dinamizador al que todo el mundo tiene acceso. Creo que en Nochevieja no se escucha mucho lo que uno dice. También es verdad que no lo dije muy bien, que no tuve suerte ese día y que no se hilvanaron bien las cosas. No estaba inspirado: estaba frío. De todas formas, es muy difícil hacer las campanadas. Es todo muy rápido, en un sitio muy pequeño y con mucho ruido. Uno tiene la sensación de que en casa no te están escuchando.

--¿No han sido demasiado crueles con ustedes las redes sociales?

--Bueno, es que los medios hacen ahora mucho caso a eso. He visto tuits publicados que me parecían todos de humor, alguno de ellos, por cierto, muy brillante. Como el que decía que parecía el reloj de 'La bella y la bestia'. Luego hay una cosa técnica que es estúpida. Yo no intentaba ser más alto. De verdad que no fue ese el tema. Es que estaba en una situación complicada.

--Otro de los momentazos de las Navidades fue la entrevista de Jesús Hermida al rey Juan Carlos... 

--No la vi ni me interesa para nada.

--¿Dónde le pilló a usted el 23-F? 

--Fuera de España. Por eso no me enteré de nada. Estaba en La Habana, rodando mi primera película. Al día siguiente, cuando vi las imágenes, me pareció dantesco. Yo hice la mili de asistente del capitán general Merry Gordon, tres años antes del golpe. Es un asunto personal, pero creo que Merry tenía la idea de una dictadura militar no como la de Franco, sino como la de Primo de Rivera o Amadeo de Saboya: consensuada y con el Rey. Él lo tenía clarísimo y lo decía abiertamente.

--¿Cómo hubiera afrontado la crisis económica actual su personaje de Antonio Alcántara? 

--Exactamente como la de los años 80, la del petróleo. Sería muy temeroso y ahorraría muchísimo. Él pensaría ingenuamente que la política podría cambiar todo esto. Yo creo que ya no. La política está ahora para otras cosas. Hemos decidido que haya un dios que es el mercado, el dinero y el euro. Los políticos atienden a los mercados cuando van para abajo y hacen lo que quieren estos: despedirnos más fácilmente, contratarnos por menos dinero¿

--Se le ve desencantado... 

--Es que no creo en la cremocracia actual. Creo que hay algo de vuelta al trueque y de mirar al que tienes al lado. La reacción social no solo se hace con protestas, sino reaccionando y ayudando al otro. Nos están creando enemigos, porque el mercado lo que quiere es que uno piense solo en uno mismo.

--¿Qué tal le caen los del 15-M? 

--Me caen bien, porque son personas. Sus propuestas son muy generalistas, como la de que la gente diga lo que piensa. Todo está muy mal y ahora hay muchos periodistas que son políticos. Veo muy pocos pensadores. Veo a la gente muy aferrada a quien le paga y eso es vergonzoso en el periodismo, tanto como en el fútbol o en la tele. Ese seguidismo que hay¿ Creo que la gente tiene derecho a manifestarse en Twitter sin nadie que le pague, le oriente, le ponga publicidad o le subvencione el papel o la emisora, lo mismo que nos financian a nosotros las películas. Ya estamos todos subvencionados. Ahora ya entendemos todos a los actores [se refiere a las críticas a las ayudas que habitualmente recibían el cine y el teatro]. La gente tiene derecho a manifestarse sin nadie que le pague por hacerlo. La gente tiene que hablar, porque si no lo hace, viviríamos en un país de fábula.

--¿Cómo ve los procesos soberanistas o independentistas en Catalunya y el País Vasco? 

--La ley dice las cosas muy claras. Entiendo los anhelos de la gente, aunque no soy nacionalista. En el caso de Catalunya, llevan reivindicando muchas cosas desde hace mucho tiempo y quizá no se ha acertado hasta ahora con el proceso. Porque, además, el partido que ahora propone eso en Catalunya [por CiU] también ha ayudado a gobernar durante 20 años. Las peticiones que hacían siempre estaban vinculadas a ayudar al Estado, al partido en el Gobierno. Ahora creo que Catalunya tiene otros problemas, los mismos que tiene España.

--¿Por qué es tan crítico con CiU? 

--Ese partido sigue apoyando la gobernabilidad, pero lo hace económicamente y con la deuda que tiene: es la autonomía que más debe. Que todo eso coincida con el 'caso Palau', con comisiones ilegales¿ A mí lo que me preocupa no son los nacionalistas, sino los corruptos. Y hay una parte del país en que hay muchos.