El caso Pipi Estrada

Ferran Monegal

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Notable salto mortal el dePipi Estrada,estimable periodista del área de deportes que de pronto se fue a la isla de los mosquitos (Supervivientes, Tele 5), tuvo un tremendo ataque de almorranas, pero gracias a aquel doloroso percance su vida ha mejorado una barbaridad. Machihembrado a la sensacionalpornostar Lucía Lapiedra,está desarrollando una trayectoria televisiva de magnitud estelar. Este fin de semana ha protagonizado en¿Dónde estas corazón?una sonora pelea conRamiro,exde la señoraLapiedra,al que le decía:"Tienes la mirada sucia. Eres un proxeneta. A Lucía le administrabas barbitúricos, y la obligabas a prostituirse en el Hotel Eurobuilding por 5.000 euros. ¡Psicópata!",y así mucho rato. O sea, que estePipiintentaba dibujarse a sí mismo como una especie deLancelot du Lac,caballero defensor de la pétrea dama, lo cual es una hermosa causa. Con un aliciente añadido bastante original: en lugar de lanza, usa su falo, enhiesto, desafiante, poderosa arma según vimos en la tele días atrás, cuando lo enseñaba a un corro de señoras en una playa, y las dejaba pasmadas. ¡Ánimo,Pipi! Nunca el periodismo deportivo había conseguido pasmos y espasmos similares.

El cuento documental --. Ayer visionamos en casa ese DVD que Convergència ha realizado, tituladoConfidencial Cat. Nos pareció un cuento muy bien elaborado, ideal para distribuirse en jornada dominical. Tiene una estructura de culebrón televisivo impecable. Y como advirtióDavid MadíenEls matins(TV-3):"Su tono es pedagógico". Exacto. Toda buena pedagogía de culebrón enseña que el mundo se divide en dos mitades: unos son buenísimos y aparecen en color, y los otros son malísimos y salen en blanco y negro para resaltar su maldad. Como cuento es aceptable. La realidad a menudo nos enseña, no obstante, que los malos no son los peores.