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Vecinos de Rubí protestan contra un centro de menores migrantes

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Elisenda Colell / Aitana Glasser / Àlex Rebollo

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La apertura de un centro de acogida de menores migrantes en Rubí (Vallès Occidental), en el antiguo Hotel Terranova, ha movilizado a los vecinos de la localidad, donde este martes un grupo de contrarios al proyecto ha recibido con abucheos a la directora general de Infància de la Generalitat, Ester Cabanes, que ha tenido que salir con escolta. Un grupo de vecinos se manifestó ya el lunes para protestar. La concentración no registró incidentes, pero en plena campaña electoral el ayuntamiento y la Direcció General d’Atenció a la Infància i l’Adolescència (DGAIA) han entrado en una escalada de reproches. La alcaldesa, Ana María Martínez (PSC),  sostiene que el elegido «no es el lugar idóneo» para el equipamiento, mientras que la Generalitat quiere pensar que «no hay instrumentalización política».

El Govern tiene previsto abrir este centro de emergencia a mediados de junio, gestionado por la fundación Eduvic. Va a acoger a 80 adolescentes de entre 15 y 18 años provenientes del África subsahariana y que han migrado solos. Desde el pasado otoño, viven en un hotel de Sant Just Desvern (Baix Llobregat).

Ni la Generalitat ni el ayuntamiento consideran que la protesta de Rubí tenga tintes racistas. «Los vecinos no han sido informados correctamente, solo piden información», aseguró ayer a este diario la directora general de Atenció a la Infància, Ester Cabanes, que anoche tuvo que salir escoltada de la localidad, donde había acudido para explicarles los detalles del proyecto. La alcaldesa comparte «que los vecinos y vecinas podrían haber dicho la suya de otra forma y no manifestándose».

Sin embargo, Martínez criticó las «formas» de la Generalitat, que, contactó el 2 de mayo con ella, un mes y medio antes de la fecha de apertura prevista. En esa conversación, el consistorio pidió al Govern «que parara máquinas y repensara» el proyecto, ya que «colocar a 70 personas juntas en un hotel no nos parecía la mejor manera de integrarlas». Además, añadió, ni el edificio ni el barrio elegidos son «el lugar idóneo» para el equipamiento. «A la alcaldesa no le hizo ninguna gracia, y nos pidió que atrasáramos la apertura hasta después de las elecciones», aseguró Cabanes. Sin embargo, la Generalitat necesitaba intervenir, básicamente porque había que hacer reformas.

Discrepancias

Sobre este asunto, tambien hay disputa. La alcaldesa alega que la Generalitat informó al consistorio con las obras ya empezadas. En cambio, Cabanes sostiene que las obras, muy menores, se iniciarion el 6 de mayo. «Hay que pintar, tirar cuatro paredes y poner pladur». Y asegura que el pasado viernes el consistorio paralizó las obras porque cree que se trata de una «obra mayor». El local ya tiene licencia, y esta sería la única forma de atrasar su apertura aún más.

«Queremos pensar que no hay una motivación política y que Rubí va a demostrar porqué esciudad de acogida», sentencia Cabanes, que recuerda que los políticos llegaron a un pacto en abril para no usar la inmigración en campaña electoral.

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