En Barcelona

Mossos d'Esquadra de negro para protestar por las condiciones laborales

Guillem Sànchez

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Más de un millar de agentes de los Mossos d'Esquadra ha protestado frente a la 'conselleria' de Interior para reclamar los impagos salariales que, unidos a una angustiosa ausencia de efectivos que ha llevado al cuerpo catalán a una situación límite que repercute directamente sobre el servicio de seguridad que recibe el ciudadano, han desencadenado la mayor protesta desde el 2012, cuando el cuerpo se movilizó contra los recortes frente a la comisaría de Les Corts. 

La concentración de este 17 de septiembre ha sido promovida internamente por los policías, a través de grupos de Telegram y de Whatsapp, y cuenta con el apoyo de los principales sindicatos de los Mossos. La convocatoria ha cortado el tráfico de la calle Diputació y del paseo de Sant Joan desde las 8.00 horas hasta las 14.00 horas, la ubicación del departament de Interior en cuyo interior se ha celebrado esta mañana el Consell de la Policia, el órgano que reúne a los responsables de Interior y de la cúpula de los Mossos con los representantes sindicales. 

Esta movilización, a la que se han sumado agentes procedentes de todo el territorio catalán, está siendo seguida por agentes vestidos íntegramente de negro para evitar que se politice. Ha habido un único intento de desplegar un cartel con connotaciones políticas que ha sido abortado por los propios manifestantes. Por el mismo motivo, ha sido abucheada la docena de funcionarios que ha salido del departament para pedir la libertad de los presos políticos. Los gritos han cesado en cuanto estos segundos se han alejado lo bastante para evidenciar que eran dos movilizaciones distintas. Durante las 6 horas, no han cesado los gritos, los pitos y los petardos. Uno de estos explosivos ha acabado hiriendo levemente a una de las periodistas del diari Ara que cubría la concentración. Según fuentes de la conselleria, ha sufrido una quemadura superficial en la espalda. Ha sido el único incidente. 

Cuerpo movilizado

Esta es la primera muestra explícita del malestar en el cuerpo por las condiciones laborales. Pero otra protesta, menos evidente aunque de consecuencias más preocupantes, lleva tiempo en marcha: la negativa a realizar horas extras, una decisión que está comprometiendo, entre otras cosas, el mantenimiento del Plan Operativo Específico Antiterrorista. Desde la conselleria, sin embargo, se niega ningún tipo de afectación derivada de esta negativa. Los sindicatos, por su parte, han avisado de que podrían haber más movilizaciones si no se garantiza un buen servicio de seguridad ciudadana y se devuelve el dinero que se debe a los agentes.

Por qué protestan

El colectivo exige el pago de las horas extras realizadas durante el dispositivo Àgora -activado durante el referéndum del 1-O- y el resto de atrasos salariales y laborales que, según denuncian, les debe la administración catalana. Además de la falta de medios y de personal, que coincide con el "alarmante incremento de la delincuencia", la plataforma MosS.O.S. -coordinada por los administradores de los grupos telemáticos- denuncia "la falta de respeto hacia un colectivo de 16.500 profesionales que velan, jugándose su vida, por la paz pública y la seguridad de los ciudadanos".

Durante el último año, la enfermedad congénita del tamaño de la plantilla de los Mossos (hay 2.000 menos de los previstos para el 2018) se ha visto exacerbada por la ausencia de soluciones y la sobrecarga de trabajo que han acarreado los atentados del 17-A y la crisis política y judicial del 1-O. En este contexto, el impago de las horas extras del dipositivo Àgora, activado por decreto para cubrir la celebración del referéndum independentista que reportaba a cambio 750 euros en horas extras por agente, ha acabado convirtiéndose en el detonante que ha motivado la protesta interna, que ahora pide el resto de atrasos, algunos arrastrados desde el 2008. 

Principalmente MosS.O.S exige que se abonen las horas del Àgora, que cada hora extra deje de remunerarse a un precio inferior que la hora normal, que se reactiven los concursos de traslado entre comisarías, que se revisen los horarios y que se devuelvan los días de asuntos personales perdidos. En igualdad de agravios que el resto de funcionarios catalanes -los del Estado ya lo han recuperado-, los Mossos quieren asimismo el reintegro de las pagas recortadas en el 2013 y 2014 y cobrar el 100% del sueldo desde el primer día de la baja médica. 

Buch se compromete a aportar soluciones 

El Consell de la Policía ha acordado crear un grupo de trabajo, que debería echar a andar la semana próxima, para buscar soluciones a las demandas de los agentes. "Tanto las que dependen directamente de la conselleria de Interior, como de otros departamentos o del gobierno español", han explicado fuentes de Interior. El conseller Miquel Buch, durante la reunión, ha razonado que no van a "confrontarse" con la plantilla por este motivo y se ha comprometido a aportar algunas soluciones a corto plazo. Las horas extras todavía no pagadas correspondientes al dispositivo Àgora (el desplegado durante el referéndum del 1-O) y las del de las elecciones del 21-D se abonarán "en el mes de noviembre". También ha asegurado que se elevará el precio de cada hora extra -actualmente los policías perciben menos dinero por el trabajo suplementario que por el ordinario- y que se dará cumplimiento a un acuerdo firmado en el 2008 que equiparaba su salario con el de los Bombers de la Generalitat. Busch asimismo ha explicado que buscarán la manera de resolver otra demanda histórica: el ingreso de los Mossos en la Mesa de la Funció Pública, el órgano en el que se negocian las condiciones laborales del resto de funcionarios de la Generalitat y del que la policía catalana no forma parte.