EN GRANADA

Juana Rivas se declara inocente: "Creí que la ley amparaba a una madre que huía del maltrato"

La mujer se enfrenta a una pena de cinco años de prisión por haberse llevado a sus hijos y haber estado un mes con ellos en paradero desconocido

Julia Camacho / Granada

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“Es muy injusto porque había escapado de la violencia de género y solo quería proteger a mis hijos”. Pese a los intentos del juez por no contaminar un juicio centrado únicamente en la huida con los niños, el maltrato que Juana Rivas alega haber sufrido fue como un elefante rosa en medio de la sala de vistas. La pieza maestra del puzle que lo “distorsiona todo”, según su defensa, porque fue el motivo que la llevó a huir al“no querer vivir en Italia bajo sus torturas”. Y ya en España, estuvo mal asesorada por unos letrados que la animaron a agotar todas las opciones contra la sentencia que la obligaba a devolverlos con su padre antes de entregarlos. Sin embargo, la fiscalía insiste en que hubo una decisión “unilateral” para escapar de Italia, y mantiene su petición de condena a cinco años de cárcel y seis de inhabilitación para ejercer la patria potestad por dos delitos de sustracción de menores y otro de desobediencia.

La sentencia puede condicionar el litigio que se desarrolla en Italia sobre la custodia de los menores, de ahí que ambas partes se emplearan a fondo en el tribunal. La acusación que ejerce la ex pareja de Juana, Francesco Arcuri, llegó a asegura que la denuncia de maltrato fue “simplemente una herramienta para conseguir una renta de inserción”. Junto a la fiscal, se empeñó en demostrar que pese a la sentencia de 2009 por maltrato que pesaba sobre él, retomó la relación y tuvieron un segundo hijo. Y que, en cualquier caso, nunca denunció que hubiera malos tratos con los pequeños.  De hecho, los niños hablaron a los forenses de “continuas peleas” entre sus padres, pero que convivían bien con ambos, y se rechazó cualquier riesgo para el retorno.

Rivas también aseguró que cuando se ocultó un mes para no entregar a los niños, lo hizo desde el convencimiento de “cumplir la ley” y asesorada por los sucesivos letrados que la animaron a recurrir. Alguno reconoció incluso en prensa que entregar a los menores sería contraproducente de ganar esos recursos. “¿Nunca le dijo nadie que usted estaba cometiendo un delito?”, le preguntó el juez. “No, quizás que podría haber represalias judiciales pero nunca pensé que cárcel”.