la reforma de la educación

Aprendices de maestro en las escuelas

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María Jesús Ibáñez

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Si por edad fuera -tienen 18 años, algunos recién cumplidos-, casi tendrían que sentarse en las mesas con los alumnos, pero ahora les toca ponerse en la piel de los profesores, aunque a veces no les resulte fácil. "Cuesta aún hacerse a la idea, pero estamos en ello", proclama Paula Gorgot, estudiante de primer curso del doble grado de Educación Infantil y Educación Primaria de la Universitat de Vic (UVic-UCC), que desde el pasado septiembre pasa todas las mañanas de los jueves en el colegio Doctor Salarich de la capital de Osona. ¿Su misión allí? Aprender, a través "de la observación y el análisis", cómo trabaja y se maneja un maestro en su día a día.

Paula forma parte del programa Mentoría e Identidad Docente (MID) que este año ha puesto por primera vez en marcha la UVic y que incluye estancias durante todo el curso académico en alguno de los 11 centros educativos de infantil y primaria de la ciudad. Es, para entenderlo, una especie de formación dual universitaria, en la que los estudiantes de Magisterio tienen profesores tanto de la universidad como de la escuela a la que asisten. "Nosotros, en la escuela no les evaluamos, pero sí que anotamos la asistencia y, sobre todo, les pedimos que se comporten de un modo lo más profesional posible", indica Mireia Planas, jefa de estudios y coordinadora del programa en el Salarich.

"El objetivo es que empiecen a ponerse en la piel del maestro, que adopten el rol de un docente, cuando hasta ahora la mayoría de ellos casi siempre han ejercido solo el rol de alumno", señala Mariona Casas, coordinadora del doble grado de Magisterio de la UVic. Y de paso, agrega Planas, "también les sirve para ver si realmente les gusta la carrera que han escogido". En todo caso, recuerda Casas, los jóvenes que empiezan este año el programa son estudiantes que han accedido a los grados de Magisterio después de haber realizado una prueba específica de aptitud personal (PAP), además de la selectividad. "Muchos de ellos tienen cierta experiencia previa en el trabajo con niños, como monitores o entrenadores deportivos", precisa.

Proyecto de ciudad

Se trata de un proyecto a cuatro años, que busca, entre otras cosas, que los alumnos entren en contacto desde el primer mes de clase con la realidad que les será cotidiana cuando terminen la carrera", subraya Eduard Ramírez, decano de la facultad de Educación, Traducción y Ciencias Humanas de la UVic. No es esta la única universidad catalana que apuesta por la denominada formación en alternancia de sus estudiantes (en la que una parte de las materias las hacen en las aulas de infantil y primaria), pero sí es la primera que consigue implicar a "todos los centros educativos de una misma ciudad, públicos y concertados", destaca el decano.

"En el sistema finlandés, en el que tanto nos fijamos los pedagogos, no solo educa la escuela, en este caso la universidad, sino que lo hace toda la comunidad, desde la familia hasta los monitores del 'esplai',  o los vecinos de la calle. El que educa es el entorno y por eso es importante que la relación entre los futuros maestros y el entorno que les rodea sea lo más cercano posible", afirma Ramírez, que ha pasado temporadas de formación en el país nórdico.

El programa se inscribe en el Plan Educativo de Ciudad del Ayuntamiento de Vic (que también colabora en la experiencia, junto con la Conselleria d'Ensenyament), "lo que supone, por ende, que buena parte del profesorado de la ciudad está de un modo u otro implicado", señala el responsable universitario. Cuenta también con el apoyo del MIF, el plan impulsado por las universidades catalanas y la Generalitat que desde hace unos años trabaja por la mejora de la formación inicial de los futuros maestros.

La formación de los docentes

Otro de los rasgos que hacen a este programa singular es que los maestros de las escuelas participantes se reúnen periódicamente, junto al profesorado de la UVic, en una comisión de seguimiento o seminario, donde todos los tutores intercambian información y experiencias. Están previstos seis encuentros, de los que saldrá un equipo de trabajo permanente. "Para nosotros, los docentes de las escuelas, viene a ser como una formación, porque compartiendo también aprendemos", afirma Mireia Planas. "Para la escuela están siendo una oportunidad, de hecho ningún profesor del claustro se ha opuesto a que un día a la semana haya un estudiante de la facultad en su aula", detalla Anna Soler, directora del colegio Salarich.

El proyecto de la UVic es una de las experiencias que han surgido en las facultades de Educación catalanas desde que hace cinco años se creara el programa MIF. La iniciativa surgió como respuesta a la demanda de nuevos perfiles de maestros, pero también después de que desde distintos sectores se pusieran en cuestión la calidad del profesorado.

Un debate abierto en toda España

La página web del <strong>Programa de Mejora e Innovación en la Formación de Maestros (MIF)</strong> publica este martes una traducción al castellano de uno de sus documentos de trabajo base, en el que se incluyen sus principales propuestas para transformar la profesión docente. El objetivo, explica Enric Prats, profesor de la Universitat de Barcelona y miembro del equipo del MIF, es que "<strong>el debate se abra y se extienda más allá del territorio catalán</strong>". Porque la mejora de los estudios de Magisterio no solo preocupa en Catalunya, agrega.