MEJORAS EN RODALIES

Compromiso inminente del Gobierno para cubrir las vías de L'Hospitalet

Trenes pasando por las vías que serán cubiertas en L'Hospitalet.

Trenes pasando por las vías que serán cubiertas en L'Hospitalet. / FERRAN NADEU

Carlos Márquez Daniel

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Tras informar el miércoles de que el Gobierno iniciará el próximo otoño el soterramiento de las vías de Rodalies en Sant Feliu de Llobregat, el ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, tiene previsto visitar L’Hospitalet de Llobregat el próximo martes 6 de febrero -si no hay cambio de agenda de última hora- para anunciar lo propio en la segunda ciudad más grande de Catalunya. Una nueva reivindicación histórica en materia de infraestructuras públicas que se concreta en las últimas semanas. El plan prevé cubrir unos cuatro kilómetros de vías en dos etapas. 

La visita, según señalan fuentes del ayuntamiento que lidera Núria Marín, debía producirse el mismo miércoles, pero finalmente se ha decidido retrasarla hasta el próximo mes para resolver algunos aspectos técnicos de la propuesta vinculados con la seguridad. Con este proyecto, y siempre que termine por cristalizar, porque la cosa arrastra 11 años de promesas inclumplidas, Adif pondrá fin a una demanda histórica. El sentimiento de satisfacción es compartido por los vecinos de Sant Feliu, que acumulaban 40 años de reivindicación. Y por los de Montcada i Reixac, que en octubre celebraban la aparición en el BOE del soterramiento de las vías de la R2 y R11 de Rodalies. En este caso, el proyecto, por un coste de uno 300 millones, arrancará en el primer trimestre del 2020 después de que el pasado 8 de enero se adjudicara la redacción del estudio informativo, preceptivo en cualquier plan ferroviario.

Nuevo intercambiador

En lo que hace referencia a L’Hospitalet, el soterramiento fue aprobado en el 2007 por Fomento, con Magdalena Álvarez al frente del ministerio, y tiene un coste aproximado de 445 millones de euros. La obra incluye la construcción de un nuevo intercambiador en La Torrassa que permitiría descongestionar los túneles de Rodalies que surcan el subsuelo metropolitano. Este nuevo apeadero, además, conectaría con las líneas 1 y 9 de metro. En resumen, descargaría de trabajo a la estación de Sants. El acuerdo alcanzado a mediados del 2007 estipulaba que el Gobierno pagaría el 85% de la obra, mientras que la Generalitat se haría cargo del 10% y el consistorio, del 5%. Se desconoce cuáles son las condiciones actuales. 

El proyecto prevé tapar dos tramos que suman unos cuatro kilómetros. De las vías de la R2, desde la calle de las Ciències, por debajo de Gran Via, hasta la avenida del metro, a escasos 300 metros del cajón de Sants. De la R4, que se acometería más tarde, desde el parque de las Planes hasta la calle de la Glòria. El soterramiento del tramo de vía de la R2 permitiría el cruce, con un salto de líneas, con la R4 (Vilafranca). La nueva configuración permitirá un nuevo modelo de explotación que representará un incremento importante de la eficiencia como consecuencia de la mejor adaptación entre la oferta y la demanda de cada corredor.

Palabra del ministro

En mayo del 2017, responsables de Fomento se reunieron en Madrid con Marín para asegurarle que las obras empezarían en el 2019 después de que la obra se licite a lo largo del 2018. Pero a aquella promesa, con la experiencia de toda una década de buenas palabras, le faltaba la visita sobre el terreno, el compromiso directo del titular de Fomento que incluya plazos y dinero sobre la mesa. Eso es precisamente lo que se espera que suceda el 6 de febrero, cuando De la Serna pise L'Hospitalet con un proyecto más concreto bajo el brazo.

En este caso, la mejora va mucho más allá del aspecto urbano, de poner fin a una herida entre barrios. Aquí, tal y como detalló el Institut Cerdà en un informe presentado en el 2012, se trata de una obra vital, ya que permitirá "aumentar la frecuencia de los trenes en un 150% e interconectar las líneas de la costa con las del interior" sin necesidad de llegar a Sants. De este modo, y según esta institución, el intercambiador de la Torrassa pasará a ser una de las cinco estaciones más importantes del entorno metropolitano y la puerta de entrada a la zona sur de Barcelona en transporte público.

Este proyecto se une a la retahíla de infraestructuras ferroviarias que se han desencallado durante el mes de enero. Lo primero fue lo de Montcada i Reixac. Le siguió el 10 de enero la reanudación de las obras de la estación de la Sagrera, que acumulaban caso cuatro años de parón. El miércoles le tocó a Sant Feliu de Llobregat. El 6 de febrero, si nada lo evita, será el turno de L'Hospitalet.