EN LOS ÚLTIMOS TRES AÑOS

El 92% de las carreteras catalanas han sufrido algún accidente mortal o grave

Imagen de un accidente

Imagen de un accidente / periodico

Carlos Márquez Daniel

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Sales de casa un día cualquiera. En el trayecto hasta el pueblo de al lado, y así en toda Catalunya, el 5% de los vehículos que encontrarás son motos. Esa es la media. Esta pequeña porción de la movilidad global, no obstante, protagoniza o es víctima del 42% de los accidentes viales. Y el porcentaje va en aumento: un 36% más desde el 2013. El estudio de evaluación de carreteras EuroRAP pone este año su acento en las dos ruedas. Aunque también advierte de que un tercio de la red viaria (más de 2.000 kilómetros) sigue siendo muy peligrosa. Y un dato inquietante más: el 91,7% de las carreteras analizadas han testimoniado al menos un accidente grave o mortal en el último trienio.

El informe se ha presentado este jueves en dependencias del RACC. El reto es analizar, como se hace en otros 80 países de todo el mundo, el volumen de siniestros para localizar los puntos negros y tratar de tomar medidas que permitan reducir la accidentalidad. Es decir, análisis-diagnóstico-remedio, aunque en la ecuación puede que falte "coordinación entre administraciones", como ha admitido Jordi Fàbrega, diputado delegado de Infraestructuras Viarias y Movilidad de la Diputación de Barcelona. Lluís Puerto, responsable técnico de la fundación del club automovilístico, ha desgranado los datos, siempre recordando que, si se echa la vista atrás o se compara con otros lugares del mundo, la red viaria catalana "es segura". 

Otra vez la N-340

De los 6.362 kilómetros analizados (suponen el 52% de la red total pero concentran el 90% de la movilidad), casi 2.100, el 33% (dos puntos porcentuales más que en el anterior estudio), presentan un riesgo entre alto y muy alto de que el conductor o el motorista sufra un accidente. Por contra, el porcentaje de tramos con riesgo bajo o muy bajo sube un punto y marca el segundo mejor registro desde el 2007 (46%).

De regreso a las dos ruedas, Puerto ha señalado que la mitad de los accidentes graves de motoristas se concentran en el 9,6% de la red. Los 10 tramos con más siniestros de motos se encuentran en la región metropolitana de Barcelona (cada vez son más los que entran motorizados en la ciudad), siendo el más peligroso el de la C-58 que va de Barcelona hasta Cerdanyola del Vallès (0,75 pilotos accidentados por kilómetro). Más de lo mismo con los camiones. El 50% de los accidentes graves suceden en el 10,2% de la malla viaria, con gran protagonismo de la N-340, algo que no es ninguna novedad.

La Arrabassada repite

En términos globales, la carretera de la Arrabassada que une la capital catalana y Sant Cugat vuelve a ser la más peligrosa, con 16 accidentes graves y un motorista muerto desde el 2014. El Departament de Territori, titular de esta vía, ha asegurado que se están tomando medidas para ampliar la seguridad de esta calzada, que fue escenario de carreras legales hasta principios de los 80. Según el Govern, está a punto de ser aprobado un proyecto con pequeñas actuaciones, muchas de ellas con el foco puesto en la moto, destinadas a reducir la siniestralidad. En segunda posición está la BV-1221, entre Terrassa y Matadepera, y en tercer lugar, la N-260 a la altura de Martinet, que se estrena en esta triste lista. Los diez tramos más peligrosos coinciden todos en que son vías convencionales de calzada única. Seis de ellos, además, pertenecen a la provincia de Barcelona.

Puerto ha avisado de un cierto "estancamiento" de las cifras de accidentalidad. Del 2000 al 2010, el número de fallecidos se redujo en un 61%, superando de largo la demanda de Unión Europa (50%). Desde principios de década hasta el 2014 se mantuvo la tendencia, bajando de 266 a 157 el número de víctimas mortales. En los dos últimos años, sin embargo, los registros han subido, hasta los 182. 

En cuanto a las causas, Fàbrega, que ha avanzado que la Diputación impulsará una comisión trimestral para analizar la seguridad vial, ha recordado que el 92% de los accidentes tienen como origen una mala maniobra o una imprudencia del conductor. Solo el 8% son achacables al vehículo o al estado de la carretera. La actitud al volante, sin embargo, queda fuera del alcance del estudio EuroRAP.