Expresos sociales del franquismo recuperan la memoria de la COPEL

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María González

Trece años de trabajo ha costado poder estrenar el documental "COPEL: una historia de rebeldía y dignidad", con el que antiguos miembros de la Coordinadora de Presos Españoles en Lucha recuerdan la historia de aquellos que en la Transición se rebelaron contra las duras condiciones de las cárceles franquistas.

El estreno no podía ser en una sala tradicional y este movimiento, muy cercano al anarquismo, eligió para ello el local La Cinètika, los antiguos cines Lauren de Sant Andreu de Barcelona, ocupados desde abril de 2016 y definidos como un "espacio anticapitalista, autónomo y feminista".

Todas las personas que han colaborado en sacar adelante este proyecto, ya sea directamente o con aportaciones económicas, pudieron asistir el pasado 28 de octubre a una primera proyección, pero en las próximas semanas se podrá ver en el canal de Youtube, junto con todas las entrevistas realizadas durante estos años y que, inevitablemente, fue necesario recortar.

Noventa minutos resumen más de cien horas de entrevistas recogidas, a lo largo de un decenio, con diferentes equipos y formatos, hasta formar un relato que alterna el blanco y negro con el color.

Ante la cámara desfilan los protagonistas de una historia que comenzó en los años setenta y que llevó, en octubre de 1976 en la cárcel Carabanchel, a la fundación de la COPEL.

Esta cooperativa plantó cara al Estado y con un elevado coste -ya que sus actuaciones pasaban por las autolesiones y motines duramente reprimidos- puso sobre la mesa las condiciones dramáticas y durísimas de las cárceles franquistas.

Pero eso no fue todo, COPEL luchó por enfrentar a la sociedad con el debate sobre la función de las cárceles y su fracaso como centros de recuperación, una realidad que, aún hoy en día, pocos quieren ver.

Uno de sus fundadores, Daniel Pont, explicó al presentar este proyecto que la sociedad ignora a menudo que las cárceles forman parte de la estructura del Estado y denunció que, si durante el franquismo la norma era la tortura y la represión, ahora es una medicación excesiva y un 'régimen especial' "destructivo" para el individuo.

El documental no pretende ser objetivo, es claramente una historia de parte, pero eso no ha impedido que algunos historiadores y facultades ya se hayan interesado por este proyecto.

Este trabajo reivindicativo ya ha despertado el interés de las facultades de Sociología y de Derecho de la Universidad de Barcelona (UB), así como de centros sociales y de debate como Can Batlló en Barcelona; la Librería sin tarima, el Centro social el Foro y el Teatro del Barrio en Madrid; o la facultad de Sociología de Valencia, entre otros.

En Italia, han reclamado el documental la Bibiolteca popolare rebeldes de los Alpes Occidentales y centros populares de Bolonia y Florencia.

Además, el festival Visions de Girona y el Festival de cine de Madrid también quieren proyectar la historia de la COPEL.

La tarea no ha sido fácil, y más si se tiene en cuenta que la dirección ha sido colegiada, de manera que la dirección y el guión han estado a cargo de expresos sociales de COPEL; la edición y el montaje son obra de Pablo Gil con la colaboración de Bernat Granados.

Los cámaras han sido Fernando Alcatraz, Antoni Dolç, Héctor Flores, Katia Armesto, Anabel Varela, Carlos Melchor, Cedric, Neus Solà y Karlota Castrillo y el sonido es de Antoni Dolç y de Genís Oroval.