OCIO FAMILIAR

Domingos sin sofá

Cáritas organiza salidas para que los padres se relacionen con sus hijos

Un grupo de familias asiste a una actividad familiar, el pasado domingo en Barcelona.

Un grupo de familias asiste a una actividad familiar, el pasado domingo en Barcelona. / periodico

Teresa Pérez

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Los paseos dominicales con los hijos no son algo habitual para muchas familias. A veces, resultan hasta algo excepcional. Las fiestas para algunos colectivos, sobre todo inmigrantes, consisten sobre todo en horas de sofá y televisión para reponer fuerzas tras largas jornadas de trabajo acumuladas durante toda la semana. Todo se hace de puertas para adentro. Cáritas Barcelona lo ha detectado.  "Se quedaban en casa y apenas conocían ni Barcelona ni a otra gente" , aseguran Kathe y Sara, dos monitoras de la entidad. 

Así que la oenegé inventó algo ya inventado, pero lo puso en práctica: 'el lleure en família'.  Una forma de cultivar el ocio. De esta manera han conseguido dos cosas, que padres e hijos salgan juntos y que los adultos se relacionen con otras familias, ya que la mayoría son inmigrantes y no cuenta con una red social.

Las salidas festivas se realizan una vez al mes, o sábado o domingo. El destino es cosa de los niños. "El primer día hicieron una relación de los sitios que querían visitar y eso es lo que estamos haciendo", afirman las dos monitoras que el pasado domingo acompañaron a cinco familias en un paseo por Cosmocaixa. Muchos chavales ya habían visitado este espacio pero con la  escuela o con el 'casal', nunca con sus familias. 

Cine anual

Es el caso de Luz, una mamá de República Dominicana, que acudió a la visita con su hijo Gregor, de 8 años. "Hasta ahora los domingos nos quedábamos en casa. Nos relacionamos poco porque aquí no tenemos familia", comenta. Relata que estas actividades le vienen muy bien a su hijo porque se relaciona con otros chavales. "Es muy sociable", explica. El cine es para esta familia monoparental una alternativa practicamente prohibida "es carísimo. Fuimos una vez el año pasado y no hemos vuelto", apunta. Gregor reclama la atención de su madre: "He visto un cocodrilo de verdad, lo he visto", grita entusiasmado.

El entusiasmo también lo comparte Sohana, de 11 años.  Hasta ahora los domingos, cuenta, consistían en acudir al trabajo de Nargis, su madre. "Allí pinto y juego", describe. La progenitora no había visitado nunca el espacio de ciencia, pero casi se lo conoce al dedillo: "Mi hija me lo había explicado muy bien. Ahora, por fin,  ya lo conozco". 

Taranpreet tiene seis años y medio, y al igual que sus padres, Jagdeep y Gurdeep, nació en la India. El pequeño, que bebe los vientos por el Barça, es un manojo de nervios y va de un sitio a otro para ver los peces y tocar el hielo. Su familia es la viva estampa de la tranquilidad con ademanes suaves y su tono de voz dulce. La familia tiene claro el motivo de estas salidas dominicales: "Relacionarnos con gente de España y disfrutar con nuestro hijo". 

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