Croacia no se distancia del pasado pro-nazi pero borra Tito de la vía pública

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Vesna Bernardic

Más de 70 años tras el final de la Segunda Guerra Mundial, Croacia no logra distanciarse de su pasado pro-nazi, al tiempo que el recuerdo al líder antifascista croata Josip Broz "Tito" es gradualmente alejado de la vía pública.

La polémica más reciente se desató cuando las autoridades permitieron que los veteranos de la unidad paramilitar HOS de la guerra de independencia croata (1991-1995) colocaran cerca del antiguo campo de exterminio de Jasenovac una placa conmemorativa suya con un lema fascista.

Solo tras repetidas protestas, el Gobierno conservador croata ordenó que la placa fuera quitada, pero permitió también que la misma fuera instalada en Novska, a pocos kilómetros de Jasenovac, donde durante la Segunda Guerra Mundial fueron asesinados decenas de miles de judíos, serbios y croatas antifascistas.

En el centro de la polémica está el lema "Za dom spremni" (Listos para la Patria), saludo oficial del movimiento pro-nazi Ustasha y su "Estado Independiente Croata" NDH (1941-1945), y que HOS utiliza en sus insignias.

El NDH y su partido único, la "Ustasha", siguen inspirando hasta hoy a nacionalistas croatas, tanto dentro como fuera de Croacia.

Su controvertido saludo se oye a menudo en los estadios de fútbol y en manifestaciones ultranacionalistas en Croacia.

Más de 3.000 monumentos antifascistas han sido destruidos en Croacia desde que se estableció como país independiente en 1991, mientras que la fiestas nacionales de "victoria sobre el fascismo" son poco celebradas.

En protesta por lo que consideran una tolerancia oficial del revisionismo neo-ustasha, las asociaciones de judíos, serbios y antifascistas boicotean desde el año pasado la conmemoración estatal en el excampo de concentración de Jasenovac.

Para el conocido director de cine, Rajko Grlic, "este hedor del pasado putrefacto es lo que empuja hoy a muchos jóvenes al éxodo masivo de este país".

Solo este mes, las autoridades de Zagreb eliminaron el nombre de Tito de la principal plaza de la ciudad, después de que numerosas otras ciudades decidieron cambiar de nombre las calles que recordaban al fallecido líder yugoslavo.

"Los neo-ustashas han quitado la placa con el nombre de Tito de la plaza más bonita de Zagreb, que ha sido el principal símbolo antifascista de la ciudad", se lamenta Grlic en declaraciones a Efe.

El autor de varias películas anti-nacionalistas, con premios internacionales, recuerda en ese sentido que los ustashas "fueron más crueles y sangrientos que sus maestros del Tercer Reich".

La propia presidenta croata, Kolinda Grabar-Kitarovic, causó cierta consternación pública al decir que "Za dom spremni" es solo "un antiguo saludo croata, lamentablemente comprometido por los ustashas".

Incluso expertos de tendencia derechista y ultranacionalista coincidieron en que se trata de un saludo ideado e inventado por los propios ustasha.

Ante la dificultad que parecen tener muchos políticos croatas, sobre todo los del centro derecha, en el Gobierno y en la presidencia actualmente, con el legado ustasha, crecen las voces que piden una prohibición de sus símbolos.

"No veo otra solución legal que la que está adoptando Italia, es decir la de prohibir todos los símbolos nazi-fascistas, incluidos los ustashas", dice a Efe Zarko Puhovski, profesor de Historia en la Facultad de Filosofía de Zagreb.

Pero en su lugar, el Gobierno croata ha formado una "Comisión para el enfrentamiento con el pasado", que propondrá medidas respecto a los "símbolos de todos los regímenes totalitarios".

Eso hace aparente referencia no solo a los ustashas sino también a los partisanos y comunistas.

Para muchos analistas croatas, se trata solo de un nuevo intento de "mitigar" o "limpiar" el carácter criminal del régimen ustasha, equiparando sus acciones con las de los partisanos y comunistas.