justicia paralela

Itaca Band, condenados sin denuncia

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Ignasi Fortuny / Barcelona

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El pasado 21 de agosto se consumó un boicot anunciado al grupo de música Itaca Band, que no pudo tocar en las fiestas de Sants tal y como estaba previsto. El motivo de la protesta, convocada por varios colectivos del barrio, era una supuesta agresión machista cometida por parte de uno de los integrantes del grupo que habría sucedido años atrás. Cerca de un centenar de personas irrumpieron con antorchas y pancartas en el concierto, que finalmente los organizadores decidieron cancelar por motivos de seguridad. El grupo siempre ha desmentido la acusación, de la que no existe denuncia formal ni tan solo pública por parte de la supuesta agredida.

■ Itaca Band denunciará a la autora del blog que ha difundido la supuesta agresión machista

Hace más de un año que la acusación de este presunto hecho se está propagando a través de las redes sociales y, más tarde, en un blog en internet. Precisamente refiriéndose a esta página web como fuente principal de información, diferentes asociaciones de Sants pidieron a los 'castellers' del barrio, organizadores del concierto boicoteado, que anularan la actuación de Itaca Band. Una acusación de agresión machista es suficiente, no se cuestiona, argumentaron. Los Castellers de Sants mantuvieron programado el concierto ya que no consideraban suficiente "una denuncia de un blog" para vetar a unos profesionales. Asimismo, alegaron que se estaba juzgando a alguien sin que se pudiera defender. Este diario ha contactado con la persona que escribe el blog, que ha rechazado hacer ningún tipo de declaración ya que ella "no es la agredida". "Y no puedo hablar por ella", ha añadido.

Por su parte, el colectivo La Trama Feminista, uno de los grupos que reclamaban la cancelación del concierto e interlocutores con los 'castellers', ha declinado hablar y se ha remitido a los comunicados existentes. La propia banda señaló en una nota posterior al boicot que "por parte de ninguna persona ni en nombre de ningún colectivo, nunca se nos ha concretado de manera directa ni oficial en qué hecho se basa la presunta agresión machista".

Este episodio ha conducido a que el grupo lleve cuatro semanas sin actuar debido a la baja médica del acusado como agresor. Además, en el pasado ya tuvieron que cancelar otras actuaciones por la etiqueta de "machistas". "El derecho siempre llega tarde y eso crea una justicia paralela", expone Javier Cigüela, profesor de Derecho Penal de la Universitat Abat Oliba CEU. "Estamos entre dos mundos, uno nuevo -redes sociales, medios digitales, etcétera- que demandan rapidez, y el mundo del derecho y la política, que es más lento y reposado. Si arregláramos la tensión entre estos dos mundos, la gente no se tomaría la justicia por su lado", expone.

Los medios digitales, explica Cigüela, ayudan a la criminalización del acusado. Y la justicia paralela dicta sentencia. El profesor universitario apunta que el castigo a los acusados en casos de justicia paralela "es un precio desmesurado". "No es justicia, es venganza", concluye. Según el docente, se debería "denunciar y perseguir los casos de justicia paralela, que es alegal". En el caso de Itaca Band, explica Cigüela, estos "podrían interponer una denuncia civil por difamación y calumnias si no hay ninguna prueba detrás de la acusación".

La información en la red

La primera denuncia pública que le consta al grupo se ubica en Rubí en junio del 2016. Antes de un concierto de la banda en esta localidad, aparecieron unos carteles "sin firmar" que tachaban a uno de sus miembros de agresor machista. Itaca Band explicó en una nota que pudieron contactar con las personas que los colgaron y que estas "no hablaban en nombre de la presunta víctima" y que no querían "explicar los hechos que las motivaban a colgar los carteles".

La citada autora del blog es una de las primeras denunciantes en internet de la supuesta agresión. A través de Facebook y Twitter difundió los carteles que aparecieron en Rubí. Un año después, la autora del blog volvió a denunciar la supuesta agresión en las redes sociales, concretamente en Facebook, para evitar que el grupo actuara en su comarca. La denuncia en internet propició un encuentro de la denunciante con la banda con el propósito de tratar la acusación. La autora del blog escribió más tarde sobre la reunión, en la que se produjo un choque de versiones, en su página. Este texto es el señalado por los colectivos de Sants como prueba para pedir la cancelación del concierto. En el blog explica que en el encuentro les reclamó que hicieran "un texto público explicando que hubo una agresión", algo a lo que se negó la banda.

Así pues, la historia se fue expandiendo por internet, principalmente por la redes sociales. Un sitio donde, según el asesor de comunicación Antoni Gutiérrez-Rubí, no hay lugar para "la verificación, la ponderación ni la duda". Gutiérrez-Rubí afirma que en las redes sociales se "comparten contenidos que se ajustan a tus prejuicios o ideas preconcebidas". "Independientemente de su veracidad", añade. El asesor de comunicación expone que, en casos como el de Itaca Band, los usuarios "pensamos que la misma dinámica de la red certificará o no ese dato". Por eso, Gutiérrez-Rubí considera que la gente debería aprender la lección de que "la reputación digital afecta a la vida personal". Así ha sido con Itaca Band, ya que, de momento, les mantiene fuera de los escenarios.

¿Un incidente del 2014?

<span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">Itaca Band ha manifestado que desconoce el origen de la denuncia y a cuándo se remontan los supuestos hechos. De todos modos, el grupo contó después del boicot en Sants un episodio ocurrido en diciembre del 2014. Lo explicaron ya que había "comentarios" que apuntaban hacia esta dirección. El integrante del grupo acusado se encontraba de fiesta en una discoteca de Cerdanyola del Vallés. Entró con unos amigos en el lavabo de chicas del local para "hacer una broma" a sus amigas, "picando en una de las puertas". Al ver a hombres en su lavabo, un grupo de mujeres les increparon. Entre los intrusos se hallaba el músico. Una "incomodidad lícita y normal de quien había sentido rebasada su intimidad", reconoció el grupo en una nota. Por este hecho, la banda pidió disculpas ya que “invadir un espacio que no le corresponde a un hombre está muy mal".</span>